Cadena SER.
El análisis de Xavier Vidal-Folch
Opinión
El congreso inexistente
Cuando no hay programa, ni ideas, ni debate, es que a lo mejor no hay partido, sino solo unas siglas.
Cadena SER
Ayer - 20:34 h CEST
BarcelonaEl Congreso del Partido Popular es un espejismo. No es un congreso. Un verdadero congreso propone un programa ideológico y político: aquí, de eso, no hay nada. Algunas proclamas, pero ningún programa. Un verdadero congreso es un foro donde se debaten ideas: aquí no hay ningún debate de ideas: o porque no las tienen, o porque si las tienen, no les apetece discutirlas. Un verdadero congreso es aquel en el que se escenifica una lucha por el poder; al menos, una apariencia de lucha por el poder: aquí no hay nada de eso, nadie ha disputado las primarias, nadie se opone al ungido por los poderosos. Solo hay la expectativa de un caudillo que se espera benévolo, pero no se sabe muy bien si quiere serlo, si puede serlo, si sube o si baja.
Hurtar el debate a dirigentes y afiliados es muy peligroso. Así, se infiltra como secretaria general una ciudadana, llamada Cuca, que dice que la ultraderecha aporta "estabilidad". Cuando en el mejor de los casos solo garantiza la estabilidad de las poltronas del señor Mañueco y sus mayordomos. En ausencia de programa, tenemos el programa de la tal Cuca: el único programa de la derecha que creíamos democrática es ser esclava de la ultraderecha. Ya casi que añoramos a Pablo Casado
El análisis de Xavier Vidal-Folch
Opinión
El congreso inexistente
Cuando no hay programa, ni ideas, ni debate, es que a lo mejor no hay partido, sino solo unas siglas.
Cadena SER
Ayer - 20:34 h CEST
BarcelonaEl Congreso del Partido Popular es un espejismo. No es un congreso. Un verdadero congreso propone un programa ideológico y político: aquí, de eso, no hay nada. Algunas proclamas, pero ningún programa. Un verdadero congreso es un foro donde se debaten ideas: aquí no hay ningún debate de ideas: o porque no las tienen, o porque si las tienen, no les apetece discutirlas. Un verdadero congreso es aquel en el que se escenifica una lucha por el poder; al menos, una apariencia de lucha por el poder: aquí no hay nada de eso, nadie ha disputado las primarias, nadie se opone al ungido por los poderosos. Solo hay la expectativa de un caudillo que se espera benévolo, pero no se sabe muy bien si quiere serlo, si puede serlo, si sube o si baja.
Hurtar el debate a dirigentes y afiliados es muy peligroso. Así, se infiltra como secretaria general una ciudadana, llamada Cuca, que dice que la ultraderecha aporta "estabilidad". Cuando en el mejor de los casos solo garantiza la estabilidad de las poltronas del señor Mañueco y sus mayordomos. En ausencia de programa, tenemos el programa de la tal Cuca: el único programa de la derecha que creíamos democrática es ser esclava de la ultraderecha. Ya casi que añoramos a Pablo Casado
CLARA. De poltronas no nos hables. En tu partido hay muchos más "con su poltrona", tanto es así que no dimite nadie en la izquierda española.