AL POETA MIGUEL HERNÁNDEZ EN SU ANIVERSARIO
(30.10.1910—28.03.1942)
Impotencia y temor en el penal,
asoma arrogante la dama fría
matando la simiente del trigal.
Tu cuerpo, no responde a la jauría,
ya cansado y maltrecho, compañero.
Si yo pudiera inyectarte energía,
salvarte de la muerte y darte entero
un mundo más justo, un mundo con ganas
de libertad, lejos del yugo fiero.
Tu pluma sembró flores, cantó nanas
a un pecho vacío, que rogó en vano
piedad y vida para tus mañanas.
Mentes sin
primavera ni
verano,
verdugos de la libre inteligencia,
candados del decir del pueblo llano.
No mató el carcelero tu decencia,
ni la ira recibida con crueldad.
Presente en las miradas con conciencia,
no olvidan tu valor ni tu bondad.
El rayo que no cesa, que valiente,
varía lo sombrío en claridad.
El viento del pueblo ríe, te siente
vital; habla por ti tú
poesía.
Perito en Lunas. Bello sol naciente
a la esperanza, a tu imagen bravía
del río que insistente busca al mar,
o a la lluvia que palíe la sequía
de cerebros que impiden caminar.
Gran
hombre y poeta comprometido,
tu poesía alivia el despertar.
Mari.
Tercetos encadenados, endecasílabos en los que el primer verso rima en consonante con el tercero quedando libre el segundo que da la rima al segundo terceto y así sucesivamente. Tercetos encadenados usa el poeta en alguna de sus composiciones.