LOS NIÑOS

- ¿Por qué los niños?
El escultor al escuchar la pregunta parece que se transfigura, que crece, que se da de si en una dimensión nueva que casi le convierte en espíritu.
-Ahí está la verdad, la sinceridad, todo es corazón, nada mentira. Yo estuve dos años con los niños en un hospicio, viviendo con ellos para sentir en la mía su propia vida, sin el calor de la madre, sin la sombra tutelar del padre…. Hice dos mil cuatrocientas obras de niños.
Marino Amaya se para, mira hacia el frente y noto algo en su vista distinto a segundos antes. Es otra luz.
-Niños, animales y luego el campo. Son mis amores. El perro también es nobleza, amor…. Después de los niños, los perros y el campo me hacen feliz.
- ¿Cómo se considera como hombre?
-Uno de tantos. No me interesan los espectáculos. La pintura, si, mucho, veo exposiciones y exposiciones.
El escultor nos enseña una foto con los Reyes. El está hasta elegante, bien peinado, con un abrigo gris, con corbata.
-Hice retratos a toda la familia, siendo don Juan Carlos Principe. Ha posado para mi, poco tiempo, pero ha posado. Es amigo mío.