¡Buenos dias! Amanace frio y nos entra tiritona cuando leemos las noticias, "Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

¡Buenos dias! Amanace frio y nos entra tiritona cuando leemos las noticias...

Empezamos con Diario de León:

EL BAILE DEL AHORCADO

Defensorcitos

CRISTINA FANJUL 27/09/2012

Hasta que haya más demanda». ¡Qué eufemísticos se ponen los políticos usando paráfrasis para nublar la realidad! Porque las 59 camas del Hospital no se abrirán cuando haya más demanda, sino cuando el dinero que quitan a los contribuyentes comience a revertir en los contribuyentes. Es decir, nunca, never, jamais, que no hay tu tía, que esto solo va a ir a peor, y aquí toca callar, que si no resulta que damos muy mala imagen y en vez de aparecer Rajoy, lo que se cuela en las páginas del New York Times son las colas de españoles junto al cubo de la basura, y eso perjudica mucho a la marca España.

Eso sí, se quitan camas «hasta que haya más demanda», igual que médicos, enfermeras, profesores y vacaciones —que dicen que lo próximo es restar días de descanso a los funcionarios, amén de parte del sueldo, que eso de tener vacaciones pagadas no puede mantenerse con la crisis— pero aquí seguimos esperando a Godot, en el bucle del que sabe que quien espera desespera, que en este país casi nada sirve para nada, porque la sociedad civil no existe si no es para crear escandaleras futiles que no hacen sino el caldo gordo al poder.

«Hasta que haya más demanda». Pero no hay problema, todo está bajo control, que para eso, para denunciar que hay más demanda, están los Procuradores de su señor y todas las ficciones democráticas con las que el poder se refuerza y consigue que todo siga igual, haciéndonos creer que las cosas sí pueden cambiar. Es el sistema perfecto, Juan Palomo, el poder guisándoselo, al pueblo, y engulléndolo con la voracidad de Saturno. Garante de derechos, dice Amoedo. En una democracia la única garantía es la ley, siempre que sea justa e igual para todos, claro. Todos lo demás, como los defensorcitos del pueblo, los consejos de Estado provincianos, los de cuentas y demás pesebres sólo sirven para camuflar los desmanes poniéndolos en primera página, cortafuegos con los que se secciona la responsabilidad del poder frente al ciudadano. Y la fórmula funciona porque es la mejor manera de engañar, la mejor forma de confundir. No hay censura más efectiva que la sobrecarga de información. Es la marea de la historia devolviéndonos un mal recuerdo: hambre, corrupción, revueltas mineras, un rey que no reacciona, los catalanes amagando independencia, el Congreso cercado y el gobierno miope. Pongan ustedes el año.