AQUELLA NOCHE EN BELÉN, "Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

AQUELLA NOCHE EN BELÉN
Jose María Gómez de la Torre

Había llegado la hora. Miriam lo sabía. Llevaba muchos meses preparándose para ello. Había viajado desde el norte, hasta Belén. Era allí donde debía ocurrir, tal y como estaba previsto.
Al comenzar la noche, cuando acompañada por Yusuf iba en busca del refugio donde cobijarse, había visto la luz que la seguía desde lo alto y había sentido vibrar su cuerpo por el sonido trepidante que la acompañaba. Se llenó de miedo. Dudó de su capacidad para llevar a cabo la misión que tenía encomendada. Sintió el impulso de salir corriendo, de ocultarse. Yusuf, al verla aterrada, la tomó del brazo y la obligó a parar. Se volvieron ambos hacia la luz, mostrando hacia el cielo sus manos vacías.
Arriba comprendieron su gesto y su miedo. La luz retrocedió tomando altura, dejando ver las estrellas de fría luz en la noche fría.
Después siguieron, despacio, por las intrincadas callejas de aquella zona de la población, camino del cobijo que alguien superior les había destinado.
Yusuf dejó adelantarse a Miriam que caminaba sujetando con las manos la carga de su vientre. La veía tan joven, tan llena de vida, que sentía en sus propias carnes el dolor de su destino. Y se rebelaba en su interior al sentirse cómplice del sacrificio de ella.
Cuando se enteró de lo planificado, aquello que por voluntad de Miriam era ya un camino sin retorno, había abandonado. Pero después le convencieron. Era un destino divino, serviría para la salvación de su pueblo, les liberaría de la opresión, llegaría la libertad que tanto ansiaban, acabaría el tiempo de destierro…