Dos mil dieciséis año bisiesto,
febrero lunes veintinueve,
época para trasplantar el tiesto,
nevar no nieva, a ver si llueve.
Los del tiempo aciertan poco,
recogemos la tienda de campaña,
por si acaso llega el coco,
que viene el lobo; a ver cómo te apañas.
Qué tiempos aquellos,
los viejos del lugar sí que acertaban,
el cura levantaba el alzacuellos,
y el temporal, después de... amainaba.
Tanta meteorología,
tanto estudio, trabajo les costó,
igual alguno mejor urología,
también gota a gota pero nada pronosticó.
Y llega el hombre/mujer de la borrasca,
nos ponen en el disparadero,
saldremos de casa con la charrasca,
y le pediremos cuentas al Brasero.
PD.-Y otros tantos más del tiempo,
que no pega pero.... Qué mal les queda a todos el traje ¡