¡Muy buenas tardes amig@s! Entramos ya en el fin de semana, espero que tod@s tengáis planes, "Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

¡Muy buenas tardes amig@s! Entramos ya en el fin de semana, espero que tod@s tengáis planes y lo disfrutéis.

Como hace tiempo que no pongo ningún relato de algún querido amig@ y paisan@; en esta ocasión os acompaño este de Juan Morla, (el de los castañales) con la fotografía Que utiliza de Yoli, para ilustrarlo.

Espalando delante de la Colegiata de Arbas del Puerto. Seguro que Manuel ha paso mas de una vez por delante.
En la región montañosa los caminos vecinales exigen una especial forma de limpieza durante los meses de invierno, privativa de aquel país, entre los de la provincia: me refiero a la espala de las nieves. Son éstas copiosísimas con sobrada frecuencia; tan copiosas, que más de una vez pudiera muy bien afirmarse que los montañeses están enterrados en vida. Las puertas de comunicación con la calle se tapian con un espesísimo muro de nieve compacta y resistente; los corrales se coman hasta el techo, y en muchas casas ni siquiera quedan libres las ventanas para dejar paso a la luz; quedan como metidos en una mina, alumbrados con luz artificial noche y día.....
Nieva y nieva sin interrupción durante ocho, diez o doce días; y cuando el viento sopla fuerte, la arranca de unos puntos para acumularla en otros, formando ciertas elevaciones a que los naturales del país llaman traves......
Cuando la tormenta para y la atmósfera se despeja, los vecinos franquean sus puertas y cada uno abre una especie de trinchera en la calle, dejando así, entre todos, restablecida la comunicación dentro del pueblo respectivo. Pero no basta poner en comunicación las casas; es preciso poner también en relación los pueblos mediante la espala de nieve que se ha de hacer en ellos caminos.
Reúnense para ello a toque de campana, y como ocurre en la reparación de los caminos, nombra el Alcalde de barrio un destajador y un vistor; el primero para que vaya señalando los trozos de camino que el grupo de vecinos correspondiente a cada barrio ha de espalar, mediante ciertas señales que va haciendo con la engrasada pala y el segundo para inspeccionar los trabajos y ver si la trinchera que se va abriendo tiene el ancho y la profundidad exigidas por la conveniencia. Hombres y mujeres trabajan a porfía, sin que éstas, especialmente las jóvenes, cedan a aquellos en la cantidad ni en la calidad de la labor. Terminada por el grupo del barrio que comenzó la espala del primer trozo de camino que le fue señalado, pasa a ponerse a la cabeza para trabajar en el segundo trozo que tiene ya demarcado; así van pasando unos delante de otros los citados grupos, hasta que llegan al límite del término del pueblo correspondiente.......
Cuando la nieve es mucha y el trabajo pesado, el Alcalde de barrio dispone que de la taberna, y por cuenta de los fondos del pueblo, se lleven dos o tres cántaras de vino para convidar “a la gente”....
(Derecho consuetudinario leonés)