AQUELLA NOCHE EN BELÉN...

AQUELLA NOCHE EN BELÉN
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Por ello, a medida que iban llegando, eran conducidos al palacio, recibidos con honores y sutilmente interrogados en informales conversaciones fuera de protocolo. No se obtuvo ninguna información concreta. Solamente indicios confusos que poco o nada aclararon.
Debían adoptarse medidas radicales e inmediatas. No tembló el pulso del máximo jerarca al dictarlas. La orden fue clara y drástica: asesinatos selectivos. Si acababan con todos los sospechosos, entre ellos moriría el que buscaban.
* * *
Al iniciarse la noche, Ángel Gabriel se dirigió al lugar del nacimiento. Quería que aquella noche fuese especial. Hablaría a todos de paz, de amor, de hermandad entre los hombres. Y lo haría frente al pesebre, en el más humilde lugar donde hubiera podido nacer todo un Dios.
A la misma hora Yusuf salió del refugio. Tal como estaba previsto, encontró la borriquilla que les serviría para llegar al antiguo establo en un campo próximo al lugar donde se habían cobijado.
Volvió con ella a buscar a Miriam que le esperaba preparada, encerrada en sí misma, aparentemente decidida tras muchas horas de oración.
La besó en la frente antes de ayudarla a montar en la burrilla. Ella le sonrió agradecida por sus muestras de cariño. No le pasó desapercibido el temblor de sus manos cuando sentada en el lomo del animal le acarició las mejillas diciéndole: No pasa nada.
Tomó el ronzal y se adelantó para que ella no viera la angustia reflejada en su rostro.