AQUELLA NOCHE EN BELÉN...

AQUELLA NOCHE EN BELÉN
Página 4 y final

Emprendieron el camino por las estrechas calles de Belén. Pronto encontraron un control de la guardia “herodiana” entre carros de combate. Su aspecto de pobres campesinos no les hacía particularmente sospechosos, así que les permitieron continuar casi sin revisar sus papeles al ver a la mujer embarazada.
Llegaron a la hora prevista. Pronto sería la media noche. A la entrada Yusuf ayudó a Miriam a bajar del pollino. Se despidieron con una simple mirada. Él se alejó con el animal. Ella subió la cuesta que llevaba a la entrada y se adentró en aquel Templo de la Natividad.
El peso de su vientre la hacía jadear. Avanzó hacia el viejo pesebre lleno de heno. A mitad del camino sintió agarrotarse sus piernas. Tuvo que detenerse a tomar aliento, con su corazón latiendo apresuradamente y con su respiración agitada. Sintió que la abandonaban las fuerzas.
Ángel Gabriel, ataviado con alba y casulla blancas, se volvió hacia la entrada y la miró. Vio su enervamiento, le pareció que iba a desmayarse, pero ella prosiguió su caminar con paso vacilante. Dos, tres pasos más. Cuando Miriam levantó sus brazos y echó hacia atrás su velo, Ángel Gabriel se dio cuenta de lo que estaba a punto de suceder. Solo tuvo tiempo de caer de rodillas y comenzar una oración antes de que ella tirase con decisión del cordón que ceñía su túnica parda mientras murmuraba un “Ism Allâh” de despedida o de saludo a su entrada al paraíso.
La explosión en el Templo de la Natividad en la noche de Navidad hizo retemblar Belén. Sus ecos harían retemblar al mundo.
Yusuf no miró hacia atrás. Mientras gruesas lágrimas caían de sus ojos se prometió a sí mismo alejarse de allí; olvidar Palestina y su intifada.
En Ramala los dirigentes de Hamás y Herbolá celebraron el éxito de la terrorista suicida.
En algún lugar perdido en las montañas de Afganistán, un desquiciado empezaba a planear otro golpe contra la civilización occidental para satisfacer su ansia de notoriedad y de sangre.

José María Gómez de la Torre

En la foto la iglesia de la Natividad en Belén