LAGO DE ISOBA. Puebla de Lillo (León)

LAGO DE ISOBA. Puebla de Lillo (León)
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Y antes de comer, para desearos: una suculenta comida, una amena sobremesa, una, muy muy, feliz tarde.... Os dejo con una pizquilla de nuestra riqueza geográfica. (¡COMO TE QUIERO LEÓN!) el lago de "Isoba" y una de sus leyendas.

Era allá por el siglo X de nuestra era. Los musulmanes devastaban con sus razzias las llanuras de la meseta convertida en “tierra de nadie” o zona fronteriza: la “Batalla por León o los trabajos “autónomos” del Cid Campeador que alquilaba sus servicios al mejor postor, ... (ver texto completo)
En cierta ocasión un grupo de peregrinos que iba a Santiago siguiendo el valle del Porma, llegó al pueblo de Isoba. Estaban cansados y hambrientos. Pican a la puerta de la primera casa:
-Una limosna, por amor de Dios. Somos peregrinos que vamos hacia Compostela y venimos hambrientos y agotados.

Desde el interior de la casa una voz les respondió:
-Dios les ampare.

Siguieron picando casa por casa y en todas la misma respuesta: “Dios les ampare”. Estaban ya a la salida del pueblo y tan sólo quedaban dos casas. Picaron en la primera. Salió a recibirlos el señor cura que, solícito, les dio algo de comer, pero les explicó que su casa era muy pequeña y no podía dar albergue a todos. Le dieron las gracias y se fueron a buscar fortuna en la última casa. Nada más picar apareció en la puerta una mujer de cierta edad que los vecinos llamaban “la pecadora” (en alguna de las versiones “maledicentes” se cuenta que era la madre soltera del señor cura). Escuchó muy atenta las palabras de los peregrinos.
-Sí que puedo hospedaros, pero soy muy pobre y no tengo para daros de cenar- les respondió.
- ¿Entonces de qué se alimenta, buena señora?-preguntó Jesús, uno de los peregrinos.
– Con la leche que me da una vaquina que tengo en la cuadra.
– Tenemos mucha hambre. Podíamos matar la vaca y usted nos la prepara. No se preocupe: Dios proveerá. Yo le prometo que recibirá el ciento por uno- le aseguró el peregrino. ... (ver texto completo)
La mujer, convencida de que aquel misterioso peregrino cumpliría sin ninguna duda su palabra, accedió a la petición. Llegada la hora de la cena se pusieron a la mesa y le dijeron a la “pecadora”:
-Vaya usted recogiendo todos los huesos de su vaca en una canasta grande; mañana, antes de marchar, le diremos lo que tiene que hacer con ellos.

La hospedera cumplió sus órdenes. Acabada la cena, los extraños peregrinos se fueron a descansar repartidos por el pajar y la tenada.
Al día siguiente, al ... (ver texto completo)
Así lo hizo la mujer. Una vez esparcidos, Jesús levantó sus ojos al cielo y los bendijo. Al instante de cada uno de los huesos surgió una hermosa vaca, quedando aquel corral convertido en una espléndida majada del mejor ganado La mujer llena de gozo dio gracias a Dios y salió corriendo a decirles a sus vecinos todo cuanto había ocurrido en su casa. Los vecinos en vez de alegrarse, recomidos de envidia, comenzaron a insultarla, e incluso pretendieron arrebatarle alguna de sus vacas. Ella, viéndose ... (ver texto completo)