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El secesionismo, forzado a cambiar de estrategia por las autonómicas del 21-D.

El PDECat blanquea su marca con una lista encabezada por Puigdemont y bajo el nombre de Junts per Catalunya, que se enfrentará a ERC y la CUP.

DANIEL TERCERO / ÀLEX GUBERN.
Barcelona.

Actualizado:

14/11/2017 07:02h.

Nadie podrá escribir la historia de Cataluña del año 2017 sin tener en cuenta la frase que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pronunció desde la Moncloa el pasado 27 de octubre por la tarde, tras la declaración ilegal de independencia en el Parlamento de Cataluña y la aprobación de las medidas del artículo 155 de la Constitución en el Senado: «Les informo de que hoy he disuelto el Parlamento de Cataluña y que el próximo 21 de diciembre se celebrarán elecciones autonómicas en esa comunidad autónoma». A partir de ese momento, los partidos independentistas vieron rotos todos sus planes a corto plazo y sus estrategias políticas desbaratadas.

Dieciocho días después y a treinta y siete de la cita electoral, la decisión de Rajoy devolvió a la realidad a los partidos que lanzaron un órdago al Estado de Derecho: Junts pel Sí ya no existe, ERC y la CUP aceptan participar en unas elecciones autonómicas -pese a que dieron su palabra de no volver a hacerlo- y el PDECat esconderá sus siglas y las de Convergència Democràtica de Catalunya, bajo el nombre de Junts per Catalunya, en una candidatura liderada por el expresidente de la Generalitat que sigue prófugo en Bélgica.

A esto hay que añadir la última crisis abierta por los comunes de Ada Colau que tendrá sus consecuencias, primero, electorales, y después, para configurar posibles pactos tras las elecciones del 21-D, ya que la ruptura del acuerdo de gobierno con el PSC en Barcelona, para acercarse a los partidos secesionistas, complicará a los socialistas dar su visto bueno a un nuevo tripartito de izquierdas en el Parlamento de Cataluña.

«No soy independentista»

Conocedora de la dificultad que le puede suponer a Xavier Domènech, candidato a la presidencia de la Generalitat por Catalunya en Comú (CatComú), la decisión de romper con el PSC, Colau, ayer, intentó justificar su decisión pero sin ánimo de enmienda: «No soy independentista y he sido muy crítica con la DUI».

Sin embargo, los socialistas, Cs y el PP recuerdan que Colau votó «sí-sí» a la secesión en la consulta ilegal del 9-N de 2014, votó en el referéndum ilegal del 1-O pasado, reconoce como «legítimo» al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y participa en todas las masivas manifestaciones convocadas por el movimiento independentista, incluyendo la última, este sábado.

Difícil, así, dar opciones de futuro inmediato a un tripartito formado por ERC, el PSC y CatComú, que solo se sostendría, por otro lado, si ERC pasa por aceptar el ordenamiento jurídico constitucional y abandonar la idea de unilateralidad en la que lleva instalada desde 2015. Pese a esto, solo un tripartito de estas tres formaciones puede concretarse como alternativa real de gobierno al bloque secesionista -en ambos siempre con ERC como pieza dominante-, si hacemos caso a todas las encuestas publicadas. ERC, el PSC y CatComú sumarían entre 72 y 76 escaños (la mayoría absoluta está en 68 asientos). Y lejos de la ansiada mayoría constitucional (Cs, PSC y PP), que el mejor sondeo sitúa en 60 escaños.

Por esto, con el objetivo de crecer a costa del nacionalismo moderado, que pueda restar votos al PDECat, Miquel Iceta, primer secretario del PSC y candidato de los socialistas a presidente autonómico, ha tejido una alianza electoral con exdirigentes de Unió Democràtica de Catalunya, visualizados en Ramon Espadaler, y entidades satélites del entorno del catalanismo, conservador en algunos casos, para reforzar su candidatura del 21-D. Un cambio evidente de estrategia.

Lista del «presidente»

Pero si hay un partido que está sufriendo una mayor transformación electoral de cara a la ciudadanía, este es el PDECat. Bajo la marca de Junts per Catalunya -que no por casualidad fue uno de los nombres que se barajaron cuando se creó el PDECat-, Puigdemont liderará la lista del «presidente», acompañado de los exconsejeros investigados por la Justicia, los alcaldes del partido y personalidades de la órbita convergente. Está por ver si los «Jordis» se incorporan a esta candidatura, apuestan por ERC o, salomónicamente, contentan a los dos partidos. Eso sí, a falta de que el miércoles la dirección del partido confirme las listas por las cuatro provincias, ningún cargo orgánico del PDECat irá en la lista de esta formación, tampoco Marta Pascal, coordinadora general. Ni Neus Munté, número dos del partido.

Por su parte, en ERC -que presentarán a los exconsejeros en puestos de salida, incluido Oriol Junqueras- admitieron ayer que la Generalitat no estaba preparada para la independencia tras la DUI. Una confesión que les devuelve al eje izquierda-derecha y deja sin argumentos de campaña a los partidos que quieran plantear caminos unilaterales tras el 21-D.

La realidad se impuso en Cataluña, la noche del 27 de octubre, tan rápido como cuando cae el telón en una obra de teatro: «El próximo 21-D se celebrarán elecciones autonómicas».