Da que pensar, y mucho que dudar de la supuesta inteligencia...

Da que pensar, y mucho que dudar de la supuesta inteligencia de los políticos. Esa supuesta inteligencia, que nos llega a través de los medios de comunicación, algunas veces resaltando sus brillantes carreras.
El caso de Rivera, y antes el de Pablo Pablete, dejan a las claras el nivel del personaje y la categoría de sus asesores. Pablo inició su andadura como una moto de alta cilindrada. puso contra las cuerdas al viejo SOE que pasaba por tiempos inestables, pero una serie de errores monumentales, le apearon de su moto, y se quedó con un patinete.
Rivera, tras cosechar unos triunfos incontestables, y pillar al PP en sus eternas corrupciones y a un Casado un tanto ido y radicalizado, comete la torpeza de ser mas radical y en casi todas las cuestiones incluso en las económicas. Se va de lo que se supone es una politica y doctrina liberal. desdeña incluso de habar con lo socialistas, y hace todo lo contrario de lo que era lógico tendría que haber echo un liberal como dice que es, para marcar raya entre él y Casado. Tendría que haber apoyado a los socialistas, allá donde lo precisaran, no aliándose con el PP en presencia de Vox.
Con lo que ha echo a facilitado la transición del PP y a reforzado enormemente a Casado, en mayor proporción que el desgaste sufrido por él. Con gobierno o sin gobierno, habrá elecciones anticipadas, y esta fuerza emergente, que era la esperanza de la derecha al estilo Europeo, se quedará de palanganero del PP. Y todo por errores de un líder que nos decían ser inteligente.