La derecha en España es estática. Quizá lo explique...

EL FIN DE LA CRISIS (II)

Algunos derechos que creíamos medianamente asegurados por la sociedad pasarán progresivamente a depender de las posibilidades económicas de cada uno. Lo que hoy son servicios públicos serán privatizados, al menos parcialmente, y dependerán cada vez más de las leyes del mercado; su calidad estará en proporción directa al coste que exija al usuario. La enseñanza y la sanidad pública y gratuita quedarán reservadas para la gente sin recursos y pocos serán también los recursos que se destinen a esa gente, con la consiguiente repercusión en su calidad. En particular, la formación universitaria quedará reservada para quienes puedan pagarla. Las pensiones estarán en función de la gestión que los bancos hayan hecho de los planes privados que cada trabajador haya contratado a lo largo de su vida laboral. Y si no ha contratado ninguno deberá acudir a los escasos servicios caritativos que quizás el Estado ofrezca a los jubilados sin otros ingresos.

O sea lo que yo dije hace tiempo: que un maestro al que no le dejaban ejerces, allá por los años 50 por eso de no pensar como aquellos que se levantaron contra la Republica, se pudieran repetir, y enseñar mas allá de sumar, podría ser un hecho, si no tan a lo bestia si parecido.
En cualquier caso, escribía yo hoy por otro sitio lo brutal de esta derecha... y lo nombro así porque conozco a otras mas allá de nuestras fronteras. Y todo esto sucede, porque ha habido poco interés en conocer su historia. Historia que sigue pariendo golfos.
Saludos.

La derecha en España es estática. Quizá lo explique todo
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Carlos. ¿Desde cuándo la derecha española es estática? No sé lo que tú entenderás por lo que nos comunicas. España se mueve, España camina. Otra cosa es que heredó lo que todos sabemos y para reparar lo que otros hicieron mal, se necesita tiempo y dinero. Recuerda que con Zapatero estuvimos con un pie en el abismo, solo faltó un pequeño empujón y NO COBRAMOS NI EL APUNTADOR.