El nido

¿Dónde vas, zagal cruel,
dónde vas con este nido
riendo tú, mientras pían
estos tristes pajarillos?
Su madre los dejó solos
en este momento mismo,
para buscarles sustento,
y dárselo con su pico...
Mírala cuán azorada
echa de menos a sus hijos,
salta de un árbol a otro,
va, torna, vuela sin tino;
al cielo favor demanda
con acento dolorido;
mientras ellos en tu mano,
baten el ala al oírlo...
Tú también tuviste madre,
y la perdiste aún muy niño,
y te encontraste en la tierra
sin amparo y sin abrigo...

Las lágrimas se le saltan
al cuitado pastorcillo;
y vergonzoso y confuso
deja en el árbol el nido.