Muy bueno Mundo. Felicidades...

EN EL TIEMPO DE LAS HABAS:

Cuentan los lugareños del pueblo que en el tiempo de las habas unas jóvenes se reunían cada fin de semana para merendar en casa de Amparo. Eran aficionadas a contar historias a cual más terrorífica. En estas reuniones, muchas veces les acompañaba Joselillo, un joven muy especial, con aspecto de niño y sin malicia. Aquella tarde las jovenes decidieron que al día siguiente gastarían una broma a Joselillo que no olvidaría en su vida. Llamaron al Joven, para que las acompañara a coger habas para freirlas y comérselas mientras contaban las historias. Joselillo acepto encantado y fue al huerto de Rosario. Cuando estaban recogiendo las habas, tres de las amigas dijeron que se marchaban para preparar la merienda y que estuvieran listas para cuando llegaran las demás.

Amparo tenia un novio carpintero que se prestó a construir una caja de madera en forma de ataúd. Como era de suponer, Amparo se haría pasar por muerta.
Cuando llegaron las demás jóvenes acompañadas por Joselillo, ya estaba todo preparado. Así que abrieron la puerta del zaguán de la casa de Amparo y allí se encontraron la sorpresa: las muchachas y el novio lloraban desconsoladamente. Una de las amigas pregunto que qué había ocurrido, otra contesto que Amparo había muerto y que se hallaba arriba, en la habitación. Se armó un gran alboroto y todos quedaron muy doloridos por lo que estaba ocurriendo. Joselillo decía:

- ¿Pero cómo que está muerta? ¿De qué ha muerto? ¿Ha sido un jamacuco? ¡Pero eso no puede ser...! ¡Si estaba viva hace solo un ratito!

Subieron a la habitación y, en efecto, allí estaba la joven metida en el ataúd amortajada y con un plato de sal apoyado en el vientre!

- ¡Ay, que dolor! ¡No somos nadie!, decía Joselillo: ¡Estamos aquí y, de repente, no estamos!, ¡! Ay Amparo de mi alma...!

Él, con su retahíla, lloraba desesperadamente y no se había percatado de que lo habían dejado a sólas con la «muerta», en la habitación, y seguía:

- ¡Ay, con lo joven y bonita que eras! ¡Ay que lastima, y tan lista! ¡Ay, pero que raro, si no le han tocado ni las campanas!.

Estaban en estas cuando la supuesta difunta ya no podía aguantar más la risa y en silencio sonreía, pero la barriga empezó a temblar, lo que hacía que el plato se moviera. Al notarlo Joselillo, se quedó petrificado, entonces se dio cuenta de que estaba sólo en la habitación. Empezó a gritar:

- ¡Niñas, que ha revivido...! ¡Que ya no está muerta...!,

Salió de la habitación y bajó los peldaños de dos, en dos. Cuando estaba en la planta baja, vio que no había ni un alma. Entonces el pánico se apoderó de él, sobre todo cuando quiso abrir la puerta y ésta no se habría. En aquel instante notaba que Amparo se acercaba con las manos levantadas diciéndole:

- ¡Joselillo, que estoy viva, que todo ha sido una broma, no te asustes...!

Pero ya era demasiado tarde para él. Se había.... por las piernas abajo.

Así me lo contaron, y así os lo cuento yo. ¡Pa, matarlas!

Inés..

Muy bueno Mundo. Felicidades
Me imagino la cara del pobre Joselito, para morirse del susto. Aparte de hacerse... lo demás.
PD.
Cuando puedas, mira tú correo, te he mandado unas chirigotas, a ver si te gustan,
Un beso.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Peregrina ya lo he visto y me ha encantado.

Besos.