EL NIÑO Y LA ZAPATERA, Amantes del teatro y la lectura

EL NIÑO Y LA ZAPATERA
El pequeño le contó
que nada de lo que dijo
podía comprometerla.

NIÑO:
Nada le he contado
que no se sepa.
Que te levantas al alba
y te acuestas ya cansada
de tanto y tanto trabajo.
Que el dinero lo ganas
siendo, mujer honrada.
Que a nadie sigues el juego
y que a mi me quieres
un rato largo.
Que te veo muchos días
llorando el retrato
de tu fiel esposo.
Y que nada tiene que hacer
porque tu estás casada
y esperas que tu marido vuelva.

ZAPATERA:
Que bien te sienta
este traje, si,
pareces niño mío
un lucero de este cielo.
Gracias a tu compañía
la vida es más soportable.
Sin marido que me quiera
me siento algo acompañada
y querida, con tu presencia.
¿Cuando volverá mi esposo?
Que desde que marchó
siento la ausencia
como un hacha en mi cabeza.
¡Cómo me gustaría saber
que está haciendo ahora!
Son las cosas del querer,
cuando estaba conmigo
no teníamos ni un minuto en paz;
ahora que se ha marchado,
siento que por él me muero.
Son las cosas del querer.