Gran algarabía despertó en el vecindario, Amantes del teatro y la lectura

Gran algarabía despertó en el vecindario
el suceso acaecido y el dulce encuentro.
Estaban de repente en un gran teatro
con dos actores de gala, enamorados,
el uno del otro. "Zapatera, te quiero",
le decía el zapatero; "Zapatero de mi alma
yo por ti me muero". Besos y abrazos
encima del escenario. Mas como antaño
despertaban en las vecinas, la envidia.
¡Cuánto hubieran dado por que en verdad
el fiel esposo hubiera sido funambulero.

No tuvieron más remedio que aplaudir
la relación y alguien llevó claveles
para consumar el tierno final feliz.
¡Bravo, bravo! Como en un gran teatro.

Salió la dulce pareja del brazo
y juntos bajaron las escaleras.
A su casa se marcharon y allí
quedó solo la concurrencia
con la boca bien abierta.

Lo primero al entrar en casa
quitaron el cartel "La Zapatera".
Clausuraron entre ambos la taberna.
Por decisión de los dos, decidieron
irse de viaje de reconciliación
a descubrir todo lo que el zapatero vio.

Ni decir que los vecinos se quedaron
desde entonces boquiabiertos y mudos.
Las vecinas se tiraban de los pelos
porque vieron como acababa la farsa
tan feliz y tan contentos.

FIN