LUCÍA:
-No te apenes Mariana,
no enturbies la mirada
que esta Amparo sabe mucho
de hacer teatro y con ella
hasta las piedras lloran.
Luego ella se ríe, la condenada.

Pero tu, Mariana eres bella
como el sol de la aurora.
Con ese cuello esbelto de porcelana.
con esas manos divinas que bordan,
con esos ojitos verdes y transparentes,
¡no apenes tus ojos verdes, ea,
y que luzcan siempre resplandecientes.