CONTINUACIÓN......

CONTINUACIÓN...

MARTIRIO: Pero has tenío tiempo de hablá de veinte cosas antes que de mi madre; er perro, los sirbíos, mí cara, tu negosio, la hora, las purgas... ¡Lo úrtimo, mi madre! ¡Bien le pagas lo que te quiere! Pos te engañas en más de la mitá: mi madre, pa mí, es lo primero. Si lo quieres así, lo tomas, y si no, lo dejas. Esto no armite variante.

JULIÁN: To lo que sea pa ti lo primero lo es siempre pa mí.

MARTIRIO: ¿Mi madre va a sé pa ti primero que tu madre? ¡Eso se lo cuentas a tu abuela!

JULIÁN: Bueno, cuando no se quiere comprendé...

MARTIRIO: ¡Si yo soy un soquete!

(Pausa).

JULIÁN: ¿No me has sacao siya?

MARTIRIO: ¡Como no pensaba que ibas a vení tan temprano!... ¡Has venío tan temprano!...

JULIÁN: Claro; sí. Iré yo por una, en castigo.

(Va a entrar en la casa y la impertinencia de Martirio lo detiene).

MARTIRIO: Mi padre, bueno; grasias.

JULIÁN: Con tu padre he estao yo hablando hase sinco minutos, y sé que está bueno. Salía de la imprenta y lo he acompañao hasta er café.

MARTIRIO: Pero ¡yo no soy adivinadora!

JULIÁN: Es verdá. ¡Ni yo adivinadó tampoco! ¡Y bien que lo siento; porque me gustaría adiviná qué caracoles te susede esta tarde!

MARTIRIO: Mira, mira, fotógrafo: gritos y palabrotas, no; que la caye es muy ancha y pues irte por donde más coraje te dé. (Julián hace un gesto, y luego se vuelve de nuevo hacia la casa para entrar en ella). ¡Ahí está! Ensima, vuérveme la esparda.

JULIÁN; ¡Si voy por la siya! ¿He de entrá en tu casa andando pa atrás, como pasean las monjas?

(Se mete dentro tal como dice).

MARTIRIO: Ya verás, ya verás. Todavía no he empesao. Y er día que me coge con ganas de reñi, ér mismo me ayuda. Na más de verlo tan campante, se me aumentan. Paesco una gata frente a un perro. Ya verás, ya verás. (A él, que trae una silla). ¡Hombre, qué bonito! ¿No se te ha ocurrío cogé la siya más que de la sala?

JULIÁN: La que he encontrao más serca, Martirio.

MARTIRIO: Y, ¿no se te figura mucho lujo pa la puerta e la caye?

JULIÁN; ¿Cuár traigo entonses? ¡Dímelo tú!

MARTIRIO: ¡Cuarquiera menos ésa!

JULIÁN: ¡Bueno! (Éntrase en la casa otra vez).

MARTIRIO: Ya verás, ya verás. ¿De dónde sacará mi madre que pa reñí hasen farta motivos? ¡Chocheses! Y, sobre to, que si yo no riño esta tarde, no duermo esta noche. ¡Y prefiero que no duerma é!

(Vuelve Julián con otra silla vieja cuyo asiento está roto).

JULIÁN: ¿Habré asertao ahora? ¡No me dirás que ésta es de lujo!

MARTIRIO: ¡Mira qué ánge tienes también! ¡Míralo qué grasioso! ¡Ponme en vergüensa, hombre! ¡Que cuarquiera que pase y la vea prinsipie a yamá a voses ar siyero!

JULIÁN: No tengas cuidao, porque el asiento voy a taparlo yo ahora mismo. (Se sienta). Ya está. ¡Lo que es otra siya no saco!