Aún resuenan los golpes en las puertas de las casas...

Aún resuenan los golpes en las puertas de las casas y el chirriar de los neumáticos de unos siniestros coches con un destino aún más siniestro: detener la Primavera. Finalmente, el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejercito y la Policía de la Provincia de Buenos Aires tuvieron que conformarse con arrancar unas cuantas flores.
Diez, concretamente.
De entre 14 y 17 años. Esos chavales y chavalas reclamaban que el transporte público fuera más barato para llegar hasta sus colegios e institutos. Y por ello en un oscuro despacho policial se les declaró "semillero subversivo". En las dictaduras militares nunca eres demasiado joven para que te torturen, te maten y te desaparezcan.
De los diez, cuatro vivieron para contarlo. Y lo que cuentan es que los otros seis (dos chicas y cuatro chicos) antes de ser asesinados tan sólo pedían que no se les olvidara.
Y en eso estamos. Porque olvidarles sería volver a matarles. Y porque el olvido es el combustible de la impunidad.
Daniel, María Claudia, María Clara, Horacio, Francisco y Claudio.
Ausentes en las aulas un 17 de septiembre de 1976. Presentes en la memoria un 17 de septiembre de 2021.
Los Lápices siguen escribiendo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
¡Vaya tarde que nos vas a dar!, solo para mentes inteligentes.