Teniente General, Banda terrorista ETA

ENTREVISTA.

Pablo Martín, teniente general: «Si nos descuidamos, dentro de poco no se sabrá ni qué era ETA»

El exjefe de Información de la Guardia Civil fue una pieza fundamental en la derrota de la banda terrorista.

Javier Chicote.

MADRID. Actualizado: 25/10/2020 02:24h.

El teniente general Pablo Martín (Zamora, 1952) es una figura primordial en la derrota de ETA. No en vano fue jefe de Información de la Guardia Civil entre 2004 y 2012, periodo en el que se culminó la victoria del Estado sobre la banda (el cese terrorista se proclamó en octubre de 2011). Retirado desde julio de 2017, tras su breve etapa como director adjunto operativo. Hijo y padre de guardias civiles (todo en él es de la Benemérita, hasta el mostacho), recibe a ABC en una cafetería de la periferia de Madrid. Mañana nublada y húmeda de incipiente otoño. Entre acordes horteras de un hilo musical a todo volumen (Titanic, Kenny G…) que hay que pedir atemperar a la encargada para que no entorpezca tan importante relato, «don Pablo» repasa, no sin dolor, la historia de este gran triunfo de la democracia española: la imposición de la razón y la ley sobre la barbarie etarra. Algunas veces ganan los buenos.

«Estaba esperando que me retrasara la entrevista para tener una excusa y cancelarla», advierte tan cortante como educado. «Hablo sólo para apoyar el documental que se estrena ahora, que está basado en el relato del coronel Sánchez Corbí»*, añade. «Verá, don Pablo -contesto-, es que hemos hecho una encuesta y los jóvenes no saben quiénes son Miguel Ángel Blanco y Ortega Lara, así que esta historia hay que contarla, ¿no le parece?». «A poco que nos descuidemos no sabrán ni lo que era ETA, ni que existió -coincide-, y tenemos que contarlo o lo contarán otros de forma no real e interesada». Tras casi 50 años de servicio, reniega de todo afán de protagonismo: «Sin el esfuerzo de cientos de guardias civiles anónimos, esto no habría terminado».

¿Cómo era la Guardia Civil cuando surge ETA? ¿Estaba preparada?

No estaba preparada para enfrentarse a esta amenaza, pues no había un servicio de Información propiamente dicho. Sí tenía agentes de paisano que investigaban, pero en el ámbito de la delincuencia común.

¿Cómo se van adaptando?

Se van especializando personas y formando grupos en la lucha contra el terrorismo, pero si ETA empieza a finales de los años 60 no es hasta finales de los años 80 cuando la Guardia Civil tiene ya una estructura de Información que trabaje con procedimientos de Inteligencia. Obtener confidentes en el País Vasco era muy difícil.

¿Estuvieron 20 años en tan malas condiciones?

En los años de plomo lo que se hace es aguantar el ataque y responder como podíamos. Hay detenciones, pero estamos en inferioridad de condiciones. Aún no se trabaja con iniciativa contra la banda.

¿Cómo afectó la llegada al poder del PSOE, en 1982?

En el final de la UCD Martín Villa estaba reforzando la lucha antiterrorista, pero no tuvieron tiempo. Cuando llega el PSOE ya son conscientes de que, pese a estar en democracia, con un estatuto de autonomía y Batasuna en el Parlamento vasco, ETA no va a cesar, por lo que tienen que enfrentarse a todo eso. El verdadero objetivo de ETA no era la democratización de España, porque su proyecto era el de la independencia del País Vasco. Entonces el PSOE potencia la lucha antiterrorista, porque teníamos una carencia de infraestructuras, acuartelamientos viejos que no reunían condiciones de seguridad. Éramos objetivo constante para los atentados de ETA.

¿Había suficientes voluntarios para ir al País Vasco?

Las familias vivían atemorizadas. Había muchos ataques a cuarteles y todo guardia civil se jugaba la vida. Hubo que hacer que fuera atractivo ir al País Vasco de forma voluntaria, con un complemento económico, derechos preferentes para luego pedir destino, concesión de medallas por años de permanencia, más vacaciones… Prácticamente todos fueron voluntarios.

¿Cómo afectaba el apoyo social del que disfrutaba ETA?

Tuvieron un apoyo social muy fuerte que fue decayendo con el paso de los años, pero no desapareciendo. Y existía, si no un rechazo, una indiferencia hacia las fuerzas de seguridad. Matar a la policía o a un guardia civil parecía que iba en el sueldo, y eso es una mezquindad, esa famosa frase de algo habrán hecho. Además, en Francia tenían la consideración de refugiados políticos y podían implantarse.

Hubo una mancha en este historial, la del GAL Verde, por el que se condenó incluso a quien era un héroe de la lucha contra ETA, el general Galindo. ¿Cómo lo vivieron?

No lo vivíamos de una forma especial y no es un tema del que nos guste hablar. Hubo personas que pudieron intervenir, y ahí están los juicios, pero no éramos conscientes en general de ese tema. Hubo condenados por hechos concretos, pero tuvieron una trayectoria de lucha contra el terrorismo que, obviando esos hechos, había sido muy importante.

¿Cómo evolucionó el perfil de los miembros de ETA?

Al principio de ETA había más intelectuales personas con formación intelectual, pero muchos se fueron y entre los terroristas había mucho descerebrado, mucho borroka. Entraban por voluntariedad, un cierto idealismo, un compromiso social de un grupo de jóvenes y se van metiendo cada vez más

¿En qué notó ETA la ilegalización de Batasuna?

Influyó en el respaldo que tenían. ETA era la banda terrorista de un complejo más grande, de un entramado en el que había organizaciones políticas, sindicatos... ETA era parte de lo que ellos mismos definieron como el MLNV, un movimiento con un conjunto de organizaciones en el que ETA era la vanguardia y que coadyuvaban a un mismo fin. Al margen de medidas políticas, ETA termina por la actuación policial, sobre todo en los últimos diez años, cuando la labor de la Guardia Civil fue determinante. Si la actuación policial no hubiera sido tan eficaz, llevando al agotamiento y a la extenuación de la banda terrorista, el resto de iniciativas no hubieran podido con ellos.

Ortega Lara

Su liberación fue una de las operación más importante de la Guardia Civil, quizás el mayor éxito, un trabajo de Inteligencia. Llevaba más de 500 días secuestrado y podía haber muerto.

Miguel Ángel Blanco

Antes había habido unos 700 asesinatos, niños, Hipercor... y sorprende que tuviera que llegar uno de esas características, así de cruel, para provocar esta reacción. El cambio emocional se produjo ahí.

Eso de los buenos, ¿y de los malos? ¿A qué etarras destacaría por su especial crueldad?

El etarra más peligroso de los últimos años fue Cherokee. Antes destacaría a Txapote, el asesino de Miguel Ángel Blanco. También a Kantauri y a Henry Parot. Este, el comando francés, era muy sanguinario. Les daba lo mismo matar a uno que a diez.

¿Cuál fue la operación más importante durante su etapa?

Octubre de 2004, la detención de Mikel Antza y Soledad Iparraguirre, la operación Santuario. Desmantelamos todos los depósitos estratégicos, la mayor incautación de armas y el archivo histórico de ETA. Antza llevaba 12 años al frente del aparato político de ETA. El siguiente es Thierry, que cae en Burdeos en 2008, y luego está la detención de Txeroki, que fue muy importante. Entre 2008 y 2010 hay seis cúpulas de ETA, seis jefes que caen en dos años. Les cortamos la cabeza seis veces. Algunos estuvieron un mes como jefes.

Interinos...

Sí, justo, interinos, y van cayendo cayendo comandos, hasta llevarlos a un deterioro por agotamiento sin el cual ETA no habría decidido disolverse.

Usted sufrió especialmente el asesinato de Raúl Centeno y Fernando Trapero en Capbreton, ¿verdad?

Sí, yo mandaba la jefatura de Información (diciembre de 2007) y los dos eran de Información, eran mi gente, dos chicos muy jóvenes pero formados. Además Raúl era compañero de mis hijos. Se había criado en el cuartel de Batalla del Salado y allí vivíamos nosotros. Ata (Mikel Carrera Sarobe) decide ajusticiarlos cuando están sentados en el coche con las puertas abiertas, tras descubrir que son guardias civiles. Fue un choque emocional fuerte.

Todavía quedan unos 300 asesinato de ETA sin resolver, pero hay quien opina que hay que cerrar toda investigación relativa a ETA. ¿Qué le parece?

Una de las funciones de la Guardia Civil como Policía Judicial es el esclarecimiento de los delitos. Todo aquello que no se haya esclarecido y que no haya prescrito es obligatorio investigarlo. Lo marca la ley. Para nosotros, la opinión de políticos o de otras personas es indiferente.

Lo aprendido contra ETA sirvió para el siguiente desafío, el terrorismo yihadista, pero no se combaten igual, ¿no?

Yo soy nombrado jefe de información tres meses después del 11M, y se potenció mucho todo lo relativo al yihadismo. Si me permites el simil, un comercial que sabe vender zapatos sabe vender también paraguas, pero son dos formas de terrorismo que tienen muy poco que ver. Lo bueno es que en 2004 ya teníamos estructura.

Bueno, pese a las pocas ganas que tenía, la entrevista no ha ido tan mal...

Suerte y gracias.

*El 30 de octubre se estrena en Amazon Prime Video la serie documental, "El Desafío: ETA", producida por Cuerdos de Atar, en la que aparece el teniente general Pablo Martín Alonso.