SAN ROQUE Y LAS UVAS DE ARES DE LA RÍA DE FERROL, Burgos

SAN ROQUE Y LAS UVAS DE ARES DE LA RÍA DE FERROL

¡Dios mío cuanta mosca hay tan de mañana! No me dejan en paz, ni a sol ni a sombra. Y si por un casual las fumigo, caeré como una mosca, no ellas sino yo. Tendré que convivir con ellas en el tiempo de verano, que en el invierno no salen, y menos en Burgos. ¡Bendito invierno!

Digitalmente, es una gozada pues las moscas no molestan, si no las hay en los lugares donde uno esté conectado.

Ocurrió que a tal tiempo que acudía a esta fiesta, no tenía conexión, y lo guardé para tiempos en que si se puede una conectar.

Sucedía en Ares de la Ría de Ferrol. Un bonito pueblo marinero que celebra San Roque, cada año, en fecha indefinida. Unos años, el día 8, otros, el día 10, y este año, la fiesta recayó en el día 4 de agosto de 2013. Fui allí, porque a este pueblecito marinero le tengo mucha fe. Por el santo y por el pueblo. Los gallegos, en general, son muy acogedores. Llegué cuando ya había empezado la misa y me dispuse a quedarme de pie, pero adelante, en un rinconcillo y junto a una columna. Amablemente, sin yo pedirlo, me hicieron un hueco para que pudiera sentarme. Otras veces, me quedo de pie, pero esta vez, quería tener al santo cerca para pedirle por la peste española, que es una rama más de la peste mundial que asola el planeta. Los nuevos dioses del dinero y de los mercados, que prosperan arruinando todo lo que se les pone por delante, y en todos los continentes, donde cada vez hay mas pobreza y mas opulencia; pues para mi que su objetivo es volver al medievo para ser los señores y los reyezuelos de turno. En el medievo vivió San Roque, allá en el siglo XIV, aquejado de la peste, y obligado a vivir fuera de la ciudad, ya que era un apestado mas. Solo su perro, iba cada día con un panecillo, de ahí que a San Roque se le represente con un perrito que le acompaña.