Burgos

DEFENDIENDO CON IMAGINACIÓN
Foto enviada por Carmen García García


DEFENDIENDO CON IMAGINACIÓN

Se dio el caso que mi hijo era acosado en el pueblo, sin ton ni son. Que su padre se fue a trabajar a otro sitio, y que a mi hijo le gustaba pescar. Y a mi no, especialmente, pero me saqué la licencia de pesca y nos íbamos al río a pasar ratos de ocio y bienestar.
Mis hijos, en estas lides eran muy hábiles, y a mi el gusanillo, que por entonces estaba permitido, me daba un asco atroz. Y esperar a que un pez picara el anzuelo era desesperante para mi. No tengo paciencia para esas cosas. Que todo sea por alejarlo del mal entorno que disfrutábamos un día sí y otro también.

Total, que estábamos la mar de entretenidos, cada cual haciendo lo que más le gustaba. Yo leyendo en el río y mi hijo disfrutando de la pesca y alejado del mundanal ruido, cuando ya había terminado de hacer sus tareas. Todo era paz y sosiego, hasta que un montón de chavales, que se ve que le echaron en falta en la plaza, se fueron a buscarle al río. Y venga insultar, venga tirar piedras para espantar a las truchas. Hasta que dejé el libro, y tranquilamente me puse a hablar con ellos.

-Mirad, majos, aquí tengo mi móvil, y si se os ocurre volver a tirar una piedra más, llamo a la guardia civil, y no importa que os vayáis corriendo, que vivimos en el mismo pueblo, y todos nos conocemos bien. Os denuncio y listo. ¿Os queda claro, lo que os digo? No dijeron nada.

En ese mismo momento se fueron con viento fresco. Oídas mis palabras y pies para qué os quiero, se ve que pensaron todos a la vez, esta es capaz de todo. Y es que si me lo propongo soy la mar de convincente. Iba a coger mi libro, de nuevo, cuando mi hijo me dijo:

- ¡Pero mamá, si no tienes móvil!
-Pues no, pero si yo digo que lo tengo, lo tengo de verdad porque me lo creo. Y lo importante es que te creas lo que dices porque así te creerán los demás.

Menuda lección a la vera del río Urbel. ... (ver texto completo)