PRESENTACIÓN DE MI CUCHILLITO MADRILEÑO, Burgos

PRESENTACIÓN DE MI CUCHILLITO MADRILEÑO

Al pasar por un bazar, que ahora abundan en cualquier rincón de España, me adentré en uno muy especial. Y resulta que no eran chinos sino nacionales sus dueños pero vendiendo productos de allá y no nuestros.

Mirando y mirando descubrí algo que necesitaba: un cuchillo para pelar patatas con ilusión. Si no pones algo así, es que nada te va a resultar. Y la ilusión contrarresta un poco a la razón que siempre ve todo algo mas oscuro y sin brillo. Si algo está mal, la razón no lo va a mejorar. Pero la ilusión puede hacer que aquello se transforme sin perder la sustancia de la materia.

Y como este camino ya lo hago en solitario si no me busco una aliada no lo podría emprender. Porque es nuevo. ¿Quien ha hecho un camino así como este sin fundamento ninguno, sin presupuesto alguno y con la mera intención de no despreciar lo que otros han dejado en el olvido?. Que teniendo parte y arte en el asunto no aportaron y prefirieron echar tierra sobre este magnífico producto de la tierra: la patata de Burgos.

Pues mi cuchillo no es nacional es del Brasil. Es la globalización envuelta en un lazo nacional y servido con mermelada de tomate tardajeño, setas de los prados y un barquillo de chocolate.
Algo original para acompañar a la patata triste y olvidada, dejada de la mano de las instituciones porque no es rentable y porque quizás no les gustó cómo la procesaron en su día.
¿Y yo iba a permitir que fuera ella quien pagase las consecuencias de la crisis? Pues no que para eso ya las he pagado yo, y me puedo defender, pero una patata no se puede defender y lo mismo que me defiendo yo, la defiendo también a ella y en digital las dos.