Milos:
hay días que tirarías la toalla, lo dejarías todo y se te ocurre decir, "lo siento, abandono"... Y vas y te encuentras una rosa en pleno invierno al salir de casa; o unas violetas... al empezar el año.
El año pasado dije que no me apetecía poner más flores en la terraza, hasta que me encontré una prímula que no había sembrado y te desarman. ¿Cuántas veces te hartas de sembrar y no nace nada, como me pasó en aquella maceta olvidada? Hasta que ves que una flor que ni siquiera esperabas nacía sola; y después otras y otras.
Me levantaron el ánimo para acoger más flores y menuda terraza el año pasado.
Este año ya he puesto primaveras y al plantarlas y remover bien la tierra me encontré las patatas de las dalias del año pasado. Este año los narcisos han tomado la iniciativa también. Una maceta seca - no la tires hijo que ya los meto en la tierra y milagro o algo propio de la naturaleza, "ya han florecido".
Total que aunque una no quiera... ellas vienen solas y sin llamar: aparecen, simplemente. ¿Quien no las va a recibir, si encima traen un sonrisa franca y delicada que hacen que te rías a manos llenas?
hay días que tirarías la toalla, lo dejarías todo y se te ocurre decir, "lo siento, abandono"... Y vas y te encuentras una rosa en pleno invierno al salir de casa; o unas violetas... al empezar el año.
El año pasado dije que no me apetecía poner más flores en la terraza, hasta que me encontré una prímula que no había sembrado y te desarman. ¿Cuántas veces te hartas de sembrar y no nace nada, como me pasó en aquella maceta olvidada? Hasta que ves que una flor que ni siquiera esperabas nacía sola; y después otras y otras.
Me levantaron el ánimo para acoger más flores y menuda terraza el año pasado.
Este año ya he puesto primaveras y al plantarlas y remover bien la tierra me encontré las patatas de las dalias del año pasado. Este año los narcisos han tomado la iniciativa también. Una maceta seca - no la tires hijo que ya los meto en la tierra y milagro o algo propio de la naturaleza, "ya han florecido".
Total que aunque una no quiera... ellas vienen solas y sin llamar: aparecen, simplemente. ¿Quien no las va a recibir, si encima traen un sonrisa franca y delicada que hacen que te rías a manos llenas?