Hace ocho años, en 2003, ninguna guerra estaba justificada,...

Hace ocho años, en 2003, ninguna guerra estaba justificada, la paz era prioritaria. Hoy, en 2011, hemos entendido al fin que la paz es prioritaria, pero que hay, en ocasiones, que batallar por ella. Y aunque la propaganda oficial y la oficiosa pretenden disfrazarla de acción humanitaria, nuestros soldados y nuestros barcos y aviones de combate participan al cien por cien en una operación bélica.

Hace cuatro años, en 2007, una vez rota la tregua con un atentado en el que dos personas perdieron la vida, el Gobierno iba a impedir que los etarras se sentaran en las instituciones. Hoy, en 2011, gracias a que la Fiscalía no impugnó todas sus candidaturas, ANV, uno de los muchos nombres de la organización terrorista –según sentencia firme del Tribunal Supremo– mantiene sus escaños en los ayuntamientos. Hace siete años, después de los atentados del 11 de marzo de 2004, ETA mataba, pero no engañaba. Hoy, en 2011, cuando sale a la luz el documento interno que los terroristas enviaron a sus jefes y que describe con todo lujo de ignominiosos y vergonzantes detalles una negociación oculta en la que el Gobierno ha llegado a ofrecer a los asesinos la rendición del Estado de derecho, lo que dice ETA son bazofias y mentiras.

Hace cuatro años, en la campaña electoral de 2008, esta iba a ser la legislatura del pleno empleo. Hoy, en 2011, hay más parados que nunca en España, casi cinco millones de personas. Las listas oficiales esconden a más de medio millón de desempleados porque “trabajan para el país”. Hace cuatro años, en esa misma campaña, en la de 2008, este era –decían– el Gobierno de los derechos sociales. Hoy, en 2011, el salario de los funcionarios es más bajo que hace un año, las pensiones están congeladas y, a partir de ahora, para cobrar la misma pensión de jubilación hay que trabajar tres años más.
Este es el saldo que deja la gestión de un Gabinete que, horas antes de unas elecciones cruciales, las de 2004, apeló al corazón sobresaltado y herido de los españoles diciéndoles que merecían un Gobierno que no les mintiera.