Todos lleváis razón. Es triste, pero es así. La culpa la tenemos nosotros que no tenemos el valor de defenestrar a ese hatajo de corruptos, de un lado y de otro. Permitir la existencia de un político, sea el que sea, es una aberración. Estamos en los tiempos de los Reinos de Taifas. ¿Cómo es posible que hayamos llegado a esto? Pues, muy sencillo, siendo complacientes con todas las "hazañas" de un cúmulo numeroso de malhechores, sinvergüenzas, mezquinos y sobre todo, arrogantes y mentirosos. Si acabáramos de una vez con nuestro miedo iríamos a por ellos, y los echaríamos a patadas. Pero ¿quién le pone el cascabel al gato?