Hace una semana que fue a mi ciudad y fui gratamente recibida. Nadie me esperaba, solo el destino, Castilla la Mancha

Hace una semana que fue a mi ciudad y fui gratamente recibida. Nadie me esperaba, solo el destino y el azar hicieron que nos sentásemos a comer en un sencillo restaurante de viajeros que van y vienen. Y me dije, ¡qué bonito recibimiento, con globos de colores! cuando la última vez que estuve, que era niña, me quedaron ganas de no volver nunca mas. ¡Qué cuatro empastes me hicieron y sin anestesia! Odié a todos los dentistas del mundo y ¿es que estos no habían descubierto todavía que se puede hacer algo así sin dolor?
Pero en otros sitios he podido ver los avances que ni eso tuvieron para mi de niña.
Pero a qué recordar lo que tanto daño nos hizo en el pasado si estamos en el presente y parece que hay reconciliación para aquella hija que se fue. Debió ser que pillé con un patán que a lo mejor no era ni manchego siquiera. Porque los manchegos casi todos están fuera.