EL PARQUE DE LA ALAMEDA DE MARANCHÓN
Salíamos disparadas, al parque en cuanto se acababan las clases. Directas al columpio de la Alameda. No había mas que uno. O espabilabas, o te quedabas sin columpiarte. Y claro, que me columpiaba hasta el cielo algunas veces. Sería una impresión, claro, porque eso es del todo imposible.
Salíamos disparadas, al parque en cuanto se acababan las clases. Directas al columpio de la Alameda. No había mas que uno. O espabilabas, o te quedabas sin columpiarte. Y claro, que me columpiaba hasta el cielo algunas veces. Sería una impresión, claro, porque eso es del todo imposible.