CyL / corazón de león, Cataluña

CyL / corazón de león
La catedral más bella
vicente ángel pérez
Día 19/10/2013 - 20.47h
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Que la catedral de León es la más bella de España, incluso del mundo, no hay leonés que lo dude. ¡Faltaría más! Es, de antiguo, la «pulchra leonina», o sea, la bella leonesa. Y ahí sigue, mírala, mírala, con su imperturbable belleza viendo pasar el tiempo, los años, los siglos y lo que te rondaré; y así, siglo a siglo, en camino hacia esa eternidad a la que apuntan las agujas que rematan las dos torres que flanquean su fachada. En las portadas de esta catedral se derrama a caudales la más pura escultura gótica que pueda disfrutarse en España.

Estos días, la catedral de León observa asombrada cómo miles de personas la reeligen «pulchra», a pesar de sus arrugas, que no son más que goteras o grietas menores. A una televisión (A3) se le ha ocurrido la idea de lanzar una encuesta para elegir la mejor catedral de España, como hace meses hizo para elegir la mejor playa; estrategias de las «teles» con el objetivo de sumar seguidores. Y resulta que la redes sociales, que es como se denomina ese lío de internet, en el que todo el mundo exhibe sus conocimientos e ignorancias, sus vanidades y sus banalidades, la tal encuesta ha hecho furor entre los admiradores de la catedral leonesa que, en estos momentos, encabeza la lista de la belleza, con gran diferencia respecto a la segunda, la casi vecina de Burgos, en una especie de derbi regional, por aquello de la autonomía de Castilla y León.

Son cosas de la tele, sí, y ganará la de León, también. Y la catedral, impasible, a la vez que asombrada por tal tirón «mediático». La belleza, en su auténtico significado («propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual») no se mide por una encuesta, pues el voto no es la verdad, aunque pueda serlo. La verdad de la belleza de la catedral de León sólo la posee quien aprecia el valor de la palabra que emana de sus piedras, de la luz que explosiona en sus vidrieras y en el silencio eterno de sus naves. No hay medida ni canon de la belleza; menos aún de la de una catedral.

La voz de la piedra, la luz de las vidrieras, el silencio del aire… y la música celestial. No hay catedral que se precie sin la música de Bach o Mozart atronando el silencio. Y la de León, desde hace un mes, puede presumir del órgano soñado por todo templo, estrenado por el canónigo organista Samuel Rubio, un músico de ley: «Tenemos el mejor órgano, la mejor catedral, las mejores vidrieras… sigamos caminando juntos», dijo, con comprensible emoción el día del estreno del órgano «más importante de Europa».

Una encuesta de la tele es una encuesta de la tele. Una catedral es una catedral. La belleza es la belleza. León es León. ¡Viva la «Pulcra leonina»!