Luz COMO PUEDES VER CUANDO LLAGO FELIPE II A MADRD HABIA 10,000 A 20,000 HABITANTES, Cataluña

Luz COMO PUEDES VER CUANDO LLAGO FELIPE II A MADRD HABIA 10,000 A 20,000 HABITANTES
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Antes de que se conciban reformas para adecuar la villa a su nueva condición, surge un problema real, el de alojar a esa población cortesana.

La villa, a diferencia de Toledo, carecía de suficientes mesones y posadas, por lo cual Felipe II se ve obligado a promulgar un edicto por el cual, todas las casas de Madrid que tuviesen más de una planta, deberían ceder una de las mismas a una familia de la Corte.

Se trata de la famosa "Regalía de Aposento" que tantas ampollas levantaron en el vecindario, dando lugar ya a trampas y estratagemas para burlar la obligación o para no verse sujeto a la misma, - distribuciones imposibles en el interior de las casas, sobornos, exenciones compradas, etc. - abriendo así el triste capítulo de la picaresca madrileña, en toda la época de los Austrias.

Pero, no sería esta necesidad de alojamiento cortesano el único problema social al que se enfrentara la Villa, convertida de súbito en cabeza del imperio.

Aunque la nobleza aristocrática y ciertos grupos sociales dudasen del carácter definitivo de la presencia cortesana en Madrid, reservándose grandes gastos o siendo remisos a ciertos desembolsos, lo cierto es que, importantes contingentes de pueblo llano fueron arribando a Madrid.

Una calle cualquiera del Madrid de mediados del XVII,
con algunos de los tipos más característicos de su paisaje humano.
De izquierda a derecha, un tullido que igual puede ser un mendigo o un pícaro
según se presente la ocasión, un clérigo y una vendedora ambulante,
una procesión al fondo, dos caballeros y un par de damas tapadas con mantos,
que las llegan hasta los pies.

Pecheros, servidores, campesinos, soldados y mutilados de guerra fueron llegando a la nueva corte en busca de trabajos, colocaciones o pensiones. Madrid tendría entre 10.000 y 20.000 habitantes en el momento de la llegada de la Corte, en 1561. Pronto, el número de vecinos, censados o no, se dispararía.

Hacia 1575, los habitantes rondarían en torno de 35.000 a 45.000 personas y a finales de siglo, ya fallecido Felipe II, la cifra se situaba cerca o en torno a las 100.000 almas.

Este espectacular aumento de población, produjo unas alteraciones en la ciudad, sociales, económicas y urbanas, que bien podrían clasificarse de tremendas, y con un impacto negativo en la ciudad, porque este crecimiento ni fue racional y escalonado, ni se vio acompañado de las grandes reformas políticas y urbanas que demandaba la nueva situación.

Otra consecuencia negativa en la nueva condición que vivía Madrid fue la limpieza y el aspecto de sus calles, que degeneró pronto a un ritmo agigantado. En Madrid ya había numerosas escombreras en la periferia en 1561, que aumentaron con los años.

La suciedad y las basuras se fueron adueñando del interior de la Villa, que al carecer de alcantarillado, sobre todo en los nuevos barrios que surgían incesantemente, se vio invadida por las aguas fecales de la nueva y crecida población.

El hedor, la suciedad, los atropellos urbanos, la falta de una conciencia cívica y la ineficacia o desesperación de unos servicios municipales escasos o ineptos, convirtieron a Madrid, antes de 1600, en la capital más sucia de Europa.