El poeta leonés recibió ayer el título de Hijo Adoptivo de
Salamanca
08/05/2011 efe Salamanca
Colinas con el alcalde salmantino, Julián
Lanzarote.
j. m. garcía
El poeta leonés Antonio Colinas aseguró que ser Hijo Adoptivo de Salamanca, título que ayer recibió de manos del alcalde, Julián Lanzarote, es un gesto que para él «posee un gran y doble valor simbólico» y expresó su compromiso de «devolver a la ciudad» lo que le ha «dado» y le «está dando».
Colinas (La Bañeza,
León, 1946), afincado en Salamanca desde 1998, calificó de «honor» el nombramiento recibido, en el que le han antecedido, según recordó en su intervención, Gonzalo Torrente Ballester y Germán Sánchez Ruipérez. Expresado su deseo de «seguir desvelando los signos y símbolos» de la ciudad de Salamanca, a la que desea «servir» desde su escritura «sin sectarismos» y entregarse «a todos siempre que mi tiempo y fuerzas lo permitan». El también Premio de las Letras de
Castilla y León de 1998, que ha definido a Salamanca como «la ciudad más enraizadamente literaria de
España», recordó el momento de su llegada a la capital salmantina y los sentimientos y sensaciones que le despertó. «Nada tienen que ver con las que hoy estoy viviendo aquí, cuando abrís a ese mismo escritor, generosamente, las puertas de la
Casa Consistorial que representa a todos los salmantinos», aseveró.
A su juicio, la
literatura que se ha hecho en Salamanca desde los orígenes «no lo ha fiado todo a lo gestual, a lo irracional o a la mera ficción, sino que de manera maravillosa ha fundido ensueño y realidad, un sentir y pensar que, a su vez, fluían con ese humanismo lleno de significación ética». Su intervención finalizó con la
lectura de su
poema El laberinto abierto, dedicado a la Plaza Mayor de Salamanca, en el que transmite lo que la ciudad le dice y con el que ha querido dar «gracias más profundas». Por su parte, el juez instructor y concejal de Cultura del
Consistorio salmantino, Julio López Revuelta, reseñó en su discurso los comienzos, publicaciones y los numerosos premios recibidos que Colinas ha recibido a lo largo de su trayectoria. «Toda una vida dedicada a las letras ha motivado el que se hayan realizado numerosos y notables
trabajos, y tesis doctorales sobre su obra, así como que distinguidos músicos y compositores hayan puesto
música a sus versos y muchos de sus
poemas han servido para ilustrar exposiciones plásticas», concluyó.