El Gordito Bailarín, la Susanita, Sánchez, Vara y otros...

El Gordito Bailarín, la Susanita, Sánchez, Vara y otros líderes reunidos en cónclave analizan desapasionadamente sin dejarse ofuscar por las circunstancias del momento y, ¡Aleluya!, llegan a la conclusión de que es necesario abordar la cuestión catalana desde un punto de vista político y no forzar más las leyes y las normas que rigen el funcionamiento interno del T. C.

O quizá no sea eso y yo entiendo mal al leer que Sánchez, dice que Rajoy le ha dicho a él, que está dispuesto a hablar de todo (y con todas y con todos, supongo) una vez que pase el 20-D y haya ganado holgadamente, o sea, por mayoría arrolladora igual que hace cuatro años, las elecciones, y, como es natural, pueda gobernar otros cuatro años a decretazo limpio sin necesidad, además, de la ayuda de Ciutandans, su marca de momento aún blanca para la mayoría de los cándidos españolitos que, como Sánchez, creemos en cuentos de hadas como ese de que, los rajolianos, contemplan la posibilidad, de reformar la Constitución del 78. Lo que no es mentira pues, si ya han reformado unilateralmente la mecánica de trabajo y las atribuciones del Tribunal encargado de velar por el buen funcionamiento de la misma y de las leyes de ella emanadas, pues ya vemos que sí, que lo hará. ¿Para peor? ¿Para que todo siga igual? ¿Para mejor? ¿En beneficio de quién o quiénes? ¡Aaah! Ésa es la cuestión amigo Sancho pues, en un Estado amigo de los toros de Tordesilla, del carnero de la legión, los tanques de Morenés y de quemar brujas o lesbianas o amanerados catalogados como degenerados en las hogueras del odio y la malidicencia, enemigo de los malos, que son los incumplidores de la ley que se hacen para ser cumplida siempre, por los otros, contra quienes están hechas, es normal que yo, débil mortal pobretón aquejado por la plaga microbiana de una oleada de desconfianza galopante contra los PPartidarios de un PPartido que, es vox pópulis, que ha cumplido siempre todas sus promesa electorales y, encima, siempre siempre, en beneficio del bien común de todos los españoles, sin distinción de raza, credo, circunstancia política o social o ideología y, nunca, ya digo bien, nunca, haya impuesto ninguna norma a puro güevo o de manera torticera o por la puerta de atrás, esté viviendo en un sin vivir y medrosamente acongoja
do, sólo de pensar que tú, Pedro Sánchez, líder carismático donde los haya, me tranquilices diciendo que el sujeto arriba citado, está dispuesto a hablar de todo una vez haya ganado las elecciones. ¿Y, si por una extraña carambola no las gana y se erige en vencedor su relevo, Albert Rivera, tras como las fuerzas fácticas de este País han planeado, qué? ¿Como se te quedará el plumero?
¿Y, si toda la mierda que han y habéis echado contra la facción comandada por Pablo Iglesias se torna en claveles y, como en Portugal, se prescinde del tan anquilosado como bunkeriano y usurero sistema tradicional nazionalcatólico, qué?

Nada hombre, no hay que alarmarse. No pasará nada, sólo, que mucha gente, ideas, elucubraciones, mentiras al descubierto, usureros y chantajistas, logreros y pancistas triperos y otras rémoras que coartan el desarrollo de nuestro País, pasarán a la reserva y, aquí paz y el que quiera peces, que se moje el culo.

Otra cosita por si cuela:
Dicen los viejos luchadores que la derrota está, a veces, dolorosamente cercana de la victoria. Ya sabes, después de una dura etapa de montaña el que ha ido siempre tirando del pelotón es rebasado casi en la línea de meta o, el atleta que ha llevado el peso de una galopada maratoniana de 42 kilómetros, no alcanza ni podio y, por eso, es más sabio el general que sabe reconocer a tiempo que ha perdido la batalla y que es inútil y criminal, dejar que sigan muriendo sus hombres en el empeño baldío del combate con final cantado. ¿Ha oído hablar o recuerda alguien que esto lea, lo que pasó en La Albuera (Badajoz), durante la guerra que los españoles de a píe sostuvieron contra el ejército de Napoleón ayudados por ingleses y portugueses? Pues si, murieron unos diez hombres de entre todos los que combatieron pero, cuando los franceses se retiraban por donde habían llegado hasta allí, ni los españoles ni los ingleses, ni los portugueses, persiguieron la explotación del éxito porque, no podían, porque estaban extenuados o moribundos. ¿Seguirán quemando los barcos con todas sus velas los aliados contra una Catalunya que, la batalla que presenta es en las urnas y que, si ha optado por tirar por la calle del medio es, porque hubo un Constitucional que se pasó cinco años, sin reconocer un Estatuto de autonomía que, además de ser aprobado en el Parlamento, que es donde se aprueban las leyes, había sido refrendado y aprobado en el Congreso que es donde se habla y se hacen las leyes pero, que además y antes de darle luz verde, le habían pasado la garlopa de tal manera, que quedó tan fino tan fino, que no lo reconocía ni la madre que lo parió.

Salud.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
........ diez mil hombres