Buena historia.

FUE TAXISTA EN BARCELONA DESDE EL AÑO 1967, HASTA EL 2000.
En aquellos años pasados, de mil novecientos sesenta y siete, aquel joven castellano, venido de la Profunda Castilla, había decidido, ser taxista en Barcelona, su anterior trabajo, fue el de conductor de un camión de reparto, por tierras de toda la provincia Catalana, y parece que dicho oficio, le dio salida fácil, para iniciarse en el mundo del Taxi, sin encontrar demasiados problemas, ya que a los dos años de llevar el Taxi, se decidió el comprar su licencia, para ser el propietario de dicho negocio. Su vida de taxista en aquellos años, parecía bastante normal, los viajeros entonces en su mayoría, hablaban el castellano, aunque ya existiera alguno que otro viajero, que daban los buenos días en el lenguaje catalán, idioma derivado del latín, cómo es el Italiano, Francés, Rumano, Portugués y Castellano. Este hombre supo durante sus 33, años de oficio en el Taxi, saber capear el temporal de los fanáticos, que si no les contestaba en su lengua, no le dirigían más la palabra en todo su recorrido o carrera. Tratándole de hacer un desprecio, por no hablar en su idioma, cosa que este hombre sabia y entendía, pero que él pensaba que no era su obligación, al ser un conductor del servicio público, que entonces ninguna ley le obligaba el tener que hablar una lengua que no era la materna que de niño aprendió, por las tierras de esa Castilla Profunda, donde no habría demasiado trabajo, pero donde jamás falto la cultura, en las personas que pusieron interés en saberla desarrollar, este hombre al jubilarse, y tener que vender su licencia de Taxi, trato de vivir dignamente en la ciudad de Barcelona, cosa que le parecía lo más normal, en aquellos años, donde los Jordi Puyol, hicieron una Cataluña, con pasos raros, para los no nacidos allí, y después de llevar varios años jubilado, decidió, regresar a la tierra de su esposa, Andalucía, donde allí sigue viviendo en perfecta armonía, habiendo dejado atrás muchas discusiones fanáticas e independentistas, de las que siempre trato de huir, y mucho más al enterarse que sobre el suelo Catalán, existía una población musulmana, del 16, por ciento, cosa que algunas personas pensaban que esto sería negativo, al ver cómo aumentaban los pobladores de esas nacionalidades, y sus costumbres religiosas, se adueñaban de ambiente, que muchos españoles presentían con temores, de que algún día intentarían imponer su califato, sin emplear ninguna batalla, cómo la de Guadalete, donde los viejos cristianos, fueron derrotados y tuvieron que salir corriendo a refugiarse a las montañas de Asturias, en el año 711, está vez parecían tenerlo mucho más fácil, se habían adentrado en toda la costa del Mediterráneo, y ya sería muy difícil expulsarlo, cómo hiciera Isabel La Católica. Desde Medina del Campo. Este hombre taxista en Barcelona, ahora no quiere saber nada, de los problemas que tiene en la actualidad esa bonita zona de España, donde parecen que han olvidado, la historia de la Península Ibérica, donde vivieron y sufrieron una dominación de 800, años, que parece que nuestros antepasados, lo han querido tener siempre en la memoria, más es difícil que el fanatismo, pueda ser conducido hacia la razón, de lo que fuimos y queremos ser, los sueños, sueños son, eso nos dijo Calderón de la Barca, y la realidad supera con mucho a los presentimientos, que podamos tener los seres humanos, que vemos el presente bastante equivocado. En esas tierras que siempre fueron, lugares donde los emigrantes españoles, pudieron sacar a sus familias adelante, aunque tuvieran que sufrir, algunas palabras de desprecio, pero con sus trabajos, lograron hacer una tierra de progreso, que ahora corre grave peligro, al verse sometida a un posible conflicto, de sus gobernantes, que no parecen entender las razones de la Democracia. G X Cantalapiedra.

Buena historia.