“Ramper:
El fabuloso caricato
español, llenó de gracia toda una época de la vida
española. Sus agudezas, la alegre espontaneidad de sus respuestas a las intromisiones del público durante su
trabajo, se repetían de boca en boca para la risa. Y sin embargo, era un sentimental. Por paradoja cruel, las adversidades se cebaron en la vida del
hombre que hacía reir y, muchas veces, mientras las carcajadas explotaban en su torno, una lágrima rodaba por sus mejillas”.