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José Ordovás: «Con una segunda ola habría que volver a la enseñanza a distancia»

El investigador español ha coordinado el informe científico en el que el Gobierno se basa para una vuelta al «cole» segura.

Nuria Ramírez de Castro.

MADRID. Actualizado: 23/08/2020 01:31h.

«Nos estamos jugando mucho». Es la primera frase que brota de la boca del científico José Ordovás cuando se le pregunta por la apertura de las aulas en pleno año pandémico. Le preocupa el bienestar sanitario de educadores y alumnos, pero lo que más le angustia es cómo marcará a la sociedad la pérdida de una generación de estudiantessi el nuevo curso escolar falla como el anterior. A Ordovás se le conoce por ser uno de los «padres» científicos de la nutrigenómica, la ciencia que intenta explicar la difícil relación entre los genes y lo que comemos. Su campo de investigación es la obesidad y las enfermedades cardiovasculares a los que se dedica en la Universidad de Tufts, en Boston, y en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, en Madrid. Pero también es el presidente del Grupo de Trabajo Multidisciplinar que asesora al Ministerio de Ciencia sobre Covid. Con otros 15 reputados investigadores han elaborado un informe para afrontar el nuevo curso escolar con seguridad. Uno de los mensajes principales es que el beneficio de ir al colegio superará los posibles riesgos, aunque advierten que este escenario solo será posible «si las tasas de infección son bajas».

En un momento en el que la curva se está disparando en España ¿aconsejaría comenzar el curso con normalidad?

El informe lo enviamos en julio al Ministerio de Ciencia. Nuestro consejo era efectivamente retornar a las clases dado los beneficios que supondría para los niños. Pero siempre en cuando pudiera ocurrir en un entorno de bajo contagio en el entorno. En la situación actual y en lo que parece ser una segunda ola, es arriesgado volver a la «normalidad». Eso mismo se está planteando en Estados Unidos y la experiencia es que los contagios tienen lugar y hay que echar marcha atrás y volver a la enseñanza a distancia. Se está retrasando el retorno a las aulas para ver cómo evoluciona la situación actual.

¿Qué habría que hacer si se detectara un contagio en un aula?

Depende del modelo de clase. Si se divide a una clase en grupos de convivencia estable o grupos «burbuja», bastaría con aislar al grupo en que se detecte el caso. Naturalmente eso requeriría una estricta adherencia a los protocolos definidos

En su informe no recomiendan realizar test a profesores y alumnos antes de empezar el curso, como algunas comunidades están pensando hacer.

Efectivamente, analizamos las experiencias de otros países y no se pudo sacar ninguna conclusión definitiva. En realidad, esas pruebas solo indicaría una situación los días anteriores al test. Para estar seguros habría que hacerlo de manera repetida cada pocos días. La otra opción es guiarse por la presencia de síntomas en los estudiantes o en su entorno familiar, así como en el personal de la escuela. Ante cualquier sospecha la persona o personas implicadas deberían aislarse inmediatamente.

Una de las recomendaciones pasa por evitar las clases extraescolares y la actividad deportiva. ¿No teme el daño que tendrá la inactividad en la salud de los menores?

Todo lo que esta ocurriendo va a tener consecuencias en el futuro. Desde el punto de vista educativo, psicológico y también de salud física. Al igual que se tiene que innovar en cómo ofrecer una educación remota, habrá que investigar y desarrollar modelos de ejercicio que minimicen el riesgo. Por ejemplo, en otros lugares se incentiva el caminar y la bicicleta como sustituto del autobús escolar, con lo cual se aumenta la actividad física y se disminuye un lugar potencial de contagio.

¿Mascarillas a partir de los 6 o los 12 años?

En nuestro informe lo pedimos para los alumnos de secundaria, pero ante la duda, aumentar la precaución me parece una medida apropiada.