Que los agricultores reciban con protestas al presidente del
Gobierno, o que tenga un ministro que suelte sinsorgadas, son anécdotas. La categoría, lo preocupante, es que casi nadie de los que se sientan en el Consejo de Ministro tiene puñetera idea de cómo se vive en el medio rural.
Hay profesores que, del bar de la facultad se fueron a
Venezuela, a recibir subvenciones y, otros, que lo que más conocen de los pueblos es cuando vieron, por casualidad, un retazo de aquél programa de televisión
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