Doctor Prestigio....

Doctor Prestigio.

¿Prestigiar el Senado? Pero si no hace un mes que trató de inutilizar la Cámara Alta, capando sus funciones constitucionales, y así aprobar de tapadillo una ley que no podía sacar adelante.

Álvaro Martínez.

Actualizado:

10/10/2018 14:30h.

<<Ha habido algún fallo en una reseña que va a ser subsanado, si a partir de ahí el Partido Popular quiere que yo comparezca ante el Senado, compareceré». Era un 20 de septiembre cuando Pedro Sánchez se comprometió a explicar el plagio de manual (nada de fallo en la reseña) de su tesis, pero tan confortablemente instalado en la mentira parece el sanchismo que la palabra dada hace apenas veinte días no vale nada. Ayer se parapetó detrás del «prestigio que merecen las instituciones» para dar plantón a los senadores que han reclamado su presencia en la Cámara Alta con el fin de que aporte algo de luz en su oscuro trabajo doctoral, que al final fue una faena por colleras en la que intervinieron, sin saberlo, multitud de autores.

Es difícil encontrar un ejemplo que iguale la desfachatez, el desahogo y el escapismo (ríete tú de Harry Houdini) en los que ayer se guareció el líder socialista, que empieza a deslizarse por una peligrosa deriva psicopatológica que le lleva a creerse él mismo el Estado, una especie de Rey Sol, pero del barrio de Tetuán, invulnerable y al que nada se le puede reprochar, ni siquiera los plagios descubiertos o las mentiras pregonadas porque eso supone una agresión al sistema democrático y no sé cuantas pamplinas más. ¿Prestigiar el Senado? Pero si no hace un mes el propio Sánchez trató de inutilizar la Cámara Alta, capando sus funciones constitucionales, y así aprobar de tapadillo una ley que no podía sacar adelante haciendo trampas en el Congreso. Hay triles más finos todos los días en la estación de Atocha y los domingos en el Rastro...

Huye el presidente del Gobierno de su palabra como alma que lleva el diablo, perseguido por sus mentiras pasadas y recientes, de esa completísima colección de embustes que ha almacenado en un mandato, todavía corto, que comenzó precisamente mintiendo, cuando en la censura a Rajoy se comprometió a convocar elecciones cuanto antes. No lo va a hacer, así le dimitan otros dos ministros (ayer el Congreso le pidió el cese de la de Justicia), tenga que prorrogar esos presupuestos tan «antisociales» del PP o seguir en manos de lo que le exijan populistas, separatistas o proetarras, porque de este selecto grupo de demócratas depende que el Doctor Prestigio siga en La Moncloa y montando en el Falcon con las gafas de sol puestas para irse a un concierto a Castellón con su señora... que eso sí que da prestigio y lustre a España.

Álvaro Martínez.

Redactor jefe.