Entre el pedrismo y el pedrochismo....

Entre el pedrismo y el pedrochismo.

Hay personajes en nuestro país que dan una cierta pereza.

Luis Ventoso.

Actualizado:

04/01/2019 01:23h.

Siendo España un país extraordinario, un oasis de buen vivir no reconocido como se debería por sus habitantes, también es verdad que existen situaciones y personajes que dan bastante pereza. Hemos pasado las navidades entre los pequeños ridículos del pedrismo y los del pedrochismo. Ambos personajes tratan de de endilgarnos como modernos unos comportamientos de modé, que en realidad rezuman bastante caspilla.

Salvo el engreído Macron, que hasta dispone de una partida presupuestaria para maquillaje y peluquería, hoy la mayoría de los mandatarios europeos se pagan sus vacaciones y se comportan en ellas como personas privadas (con la excepción de la presencia de la obligada escolta de seguridad). May suele irse con su marido a caminar por los Alpes, en viajes particulares sin alardes. Lo mismo hace Merkel, que en verano acostumbra a elegir algún hotel de la Costa Amalfitana. El presidente de Irlanda se acaba de subir a un avión de bajo coste de Ryanair y ha venido a Canarias a despedir el año al sol, como un turista norteño normal. En ese contexto de proximidad al ciudadano resultan rancios los gustos de nuestro Sánchez, adicto al avión oficial, a los palacios de Estado y a ocultar al contribuyente el precio de su súbita afición al lujo costeado por los impuestos ajenos. Sánchez ha adoptado todos los tics del nuevo rico. Intenta disfrutar al máximo de un boato que está descubriendo y que teme que no le dure. Repasando su agenda internacional, tan hiperactiva como magra en resultados, a veces cunde la sensación de que le estamos pagando una segunda luna de miel (¿qué aporta exactamente su mujer en todos esos viajes oficiales más allá de contribuir a la colección de selfies de la familia Sánchez-Gómez?). Una persona que ha ordenado trasladar obras del Palacio Real a la mansión de Estado de Lanzarote para sentirse a gusto en unas cortas vacaciones revela que se le ha subido el pavo, y de una manera que contrasta poderosamente con sus homilías igualitarias para todas y todos.

Y del pedrismo, al pedrochismo. «Eres muy grande. Vanguardia sobre las reglas preestablecidas», escribe en las redes sociales el cocinero michelín Muñoz para ensalzar el heroico hecho de que su mujer, la presentadora Pedroche, dio las campanadas de Fin de Año ataviada con un bikini de flores. Nada más facilón, camp -y anti feminista- que buscar fama enseñando un poco de cacha. El márketing carnal es tan antiguo que han pasado ya cuarenta años desde que una voluntariosa vedete, Susana Estrada, esgrimió teta en un acto público junto a Tierno Galván para buscar su cuarto de hora de gloria. El mordaz alcalde, que observaba el alarde con terno cruzado y mirada picarona, se limitó a darle un irónico consejo de salud: «No vaya usted a enfriarse».

El pedrismo y el pedrochismo comparten mucha fachada, mucho chafardeo y poca sustancia. Mentalidad Instagram para días de usar y tirar.

Luis Ventoso.

Director Adjunto.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Lo que hay que ver!
¿Hoy no dicen nada tus articulistas de Andalucía?
En fin, sobran las palabras. A buen entendedor con pocas palabras basta..
¿Ves Triana como la izquierda ni de este foro ni de fuera somos tan malvados como la derecha? Vosotros haríais sandre, como habéis hecho con vuestros imaginarios pactos del PSOE.
Saludos