CLARA. Así Clara, así, con moderación. Ya verás, te...

Bromas y bromazos.

El PP no debió retuitear el chiste faltón, pero el Gobierno lo ha sacado de quicio.

Luis Ventoso.

Actualizado:

06/01/2019 00:53h.

El humor es uno de los atributos de la inteligencia y en el mundo anglosajón constituye una tarjeta de presentación obligada, el aceite que engrasa las relaciones públicas. En Estados Unidos o Inglaterra resulta improbable que una alocución ante un auditorio arranque sin un guiño humorístico del orador. El sentido del humor sigue vigente en la Cámara de los Comunes, incluso en estas horas irascibles de la locomía del Brexit. Antaño, personajes como Churchill destacaron por sus invectivas envueltas en el animus iocandi. «Winston, estás borracho. Es más, diría que desagradablemente borracho», le espetó en 1946 en el Parlamento la corpulenta diputada laborista Bessie Braddock. Sir Winston replicó así: «Bessie, querida, eres fea. Es más, desagradablemente fea. Pero mañana yo estaré sobrio y tú seguirás siendo fea». Huelga decir que el chascarrillo no pasaría el corte en nuestros días de atosigante corrección política. Hoy Quevedo no podría escribir ni una línea.

En el parlamentarismo y la vida pública española siempre había imperado un agudo sentido del humor. Hasta Franco recurría alguna vez a la ironía burlona («haga como yo, no se meta en política»). Los líderes de la transición eran dados al alivio de los juegos de palabras, los chistes, las anécdotas. Hoy, en cambio, padecemos a la clase política más enfurruñada de nuestra historia. El humor parece proscrito en el Congreso y en las entrevistas (hasta Rajoy, poseedor en privado de una formidable retranca, apenas la sacaba a pasear). Políticos como Rivera se muestran tan forzadamente solemnes que viéndolos a veces piensas que si sonríen les va a doler la cara. Otro tanto sucede con Sánchez, alérgico al buen humor.

Ayer un humorista sevillano grabó en vídeo un chiste viejo, malillo y macabro, que todas las navidades se repite aquí o allá con diversos personajes (el año pasado le había tocado a Rajoy y en Argentina lo han hecho con Macri): «Queridos Reyes Magos, mi cantante preferida era Amy Winehouse, y te la llevaste. Mi actor favorito era Robin Williams, y te lo llevaste. Mi humorista favorito era Chiquito, y también te lo llevaste. Solo te escribo esta carta para decirte que mi presidente favorito es Pedro Sánchez». Un operario torpón del PP lo encontró graciosete y lo subió a las redes sociales oficiales del partido. Al cabo de hora y pico, alguien con más cabeza y jefatura ordenó retirarlo y pedir disculpas. Pero el Gobierno aprovechó raudo la metedura de pata para sobreactuar, con la vicepresidenta Calvo pidiendo desde su casa de Córdoba que la Fiscalía investigase la acción del PP. Hipocresía, una vez más. Sánchez defendió el pasado mayo al rapero Valtonyc cuando fue condenado por sus ofensas, entre ellas, recetar una explosión con nitroglicerina en un bus del PP. Este Gobierno, que presa del culto al líder se rasga las vestiduras ante un chiste malo, es el mismo que tolera impasible todo tipo de salvajadas en las redes sociales catalanas, o el que ha apoyado que se despenalicen las injurias al Rey. El chiste más zafío del día fue en realidad la hipérbole de Calvo con la Fiscalía.

Luis Ventoso.

Director Adjunto.

Luis Ventoso tenía que ser! Mira que poner al mismo nivel a un rapero y al PP!
Lo que pasa es que, es verdad, que se van pareciendo cada vez más. Vamos a darle la razón en eso. Los del PSOE le perdonamos.
Saludos

CLARA. Así Clara, así, con moderación. Ya verás, te comerás a cualquier forero de Foro Común. Pero sigue esa línea, ¿eh?
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
¿Es que no es verdad? ¿No se le puede exigir la misma seriedad a un partido pólitico o por lo menos congruencia con lo que ellos defienden?
¿Qué he dicho que a tí te moleste?
Saludos.