La candidata....

La candidata.

Ha cumplido su pena, pero carece de la ejemplaridad necesaria.

Luis Ventoso.

Actualizado:

06/03/2019 00:47h.

La noticia publicada por ABC el fin de semana llamaba la atención: Podemos elige como candidata a la alcaldía de Ávila a una mujer que en 1985, cuando tenía 23 años, fue condenada a 29 de cárcel como cómplice de un asesinato. Mi primer reflejo fue el natural: otra provocación estúpida y gratuita del populismo comunista. Pero como no me gusta pensar con las tripas, lo debatí un poco conmigo mismo y con mi mujer, de cuyo péndulo moral me fío más. Tras sopesarlo, mi conclusión es esta: Pilar Baeza Maeso tiene todo el derecho a presentarse a las elecciones, pues legalmente nada se lo impide. Pero carece de la ejemplaridad necesaria que se le presupone a quien opta a un cargo público, por lo que no debería haberlo hecho.

La joven Pilar era hija del dueño de una armería de Leganés, donde vivía. Un día le cuenta a su novio que ha sido violada por un conocido de ambos, Manuel López, de 24 años. Pilar convence a su pareja para que vengue la afrenta matando al supuesto violador. La chica roba una escopeta de la armería paterna y se la facilita a su novio, quien junto a un amigo embauca a López para llevarlo a un descampado. Allí le pegan cuatro tiros a bocajarro. Acto seguido ocultan el cuerpo en un pozo. Los padres denuncian la desaparición de su hijo. Finalmente los investigadores desentrañan la madeja y acaban encontrando el cadáver, ya semidescompuesto. Pilar es condenada a 29 años como cómplice e instigadora, de los que cumple solo siete en la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila). Al salir se afinca en la ciudad amurallada, donde logra rehacer su vida y hoy posee un negocio. En 2012, se convierte en una cabecilla local de las protestas por las preferentes, en las que perdió un dinero heredado. De allí pasa a Podemos.

En algunos grandes países, la norma es que nada importa tu vida anterior si has saldado tus cuentas con la Justicia. A priori es un planteamiento razonable, que entronca también con la prédica católica de perdón absoluto. Sin embargo hay dos cuestiones que invitan a pensar que Pilar Baeza dista de ser una persona ejemplar, merecedora de un cargo. En primer lugar, se tomó la justicia por su mano, negando a la víctima la presunción de inocencia. Nunca se ha probado la violación, solo tenemos su versión. Si la pauta universal de conducta fuese la de Pilar, imperarían la Ley del Talión y la de la selva. Otro punto oscuro es que el hermano del asesinado ha revelado que en los días de búsqueda, Pilar se presentaba en casa de los padres de la víctima y sabiendo que estaba muerto, pues ella lo había organizado, se interesaba cínicamente por el caso. Eso destapa una entraña terrible, y no es eximente que tuviese 23 años, pues a esa edad la conciencia ya está formada.

«Hace muchísimo tiempo que cumplí con la Justicia», alega Pilar. Y es cierto (aunque solo pagó un cuarto de la pena). Estoy viviendo un linchamiento moral por ser mujer», añade. Y es falso. Pilar ha rehecho su vida, y está bien que así sea. Pero privó a Manuel de la oportunidad de hacer lo propio (si es que realmente cometió un crimen). Por eso yo no la votaría como alcaldesa ni ahora, ni en dos vidas.

Luis Ventoso.

Director Adjunto.