VIDAS EJEMPLARES....

VIDAS EJEMPLARES.

Silencios abrasivos.

No se escucha una queja sobre los regímenes más represivos del orbe.

Luis Ventoso.

Actualizado:

12/06/2019 00:04h.

La semana está resultando amena en las mecas de las libertades y derechos humanos. En la amable Rusia putiniana, oasis de buenas prácticas democráticas, el jueves fue detenido el periodista Iván Golunov, de 36 años. Se había distinguido por sus denuncias de la corrupción y tocaba aplicarle un correctivo edificante. Los medios libres y la poca oposición que perviven acusan a la Policía de haber colocado coca y drogas sintéticas en la mochila del reportero, a fin de justificar su detención. Ya enjaulado, le aplicaron un repaso y el sábado hubo de ser hospitalizado. Curiosamente, el conspicuo drogota no acaba de dar positivo en ningún análisis. Tres periódicos osados han salido en defensa del arrestado, titulando a toda plana: «Somos Iván Golunov». Uno de los supuestos corruptos denunciados por el reportero es el coronel que dirigió el operativo de su detención. Ayer por fin lo soltaron. Detenido por nada.

En Irán, edén de las libertades para el que labora Iglesias a través de su tele en España, el régimen ha clausurado 547 restaurantes y cafeterías y ha detenido a once propietarios. Era necesario. En esos establecimientos se contravenía la ley islámica, con «música no permitida» y «alentando el libertinaje». También se han decomisado 559 coches por circular con la música alta. Los paternales ayatolás protegen a la gente de bien.

La admirada Arabia Saudí es hoy un referente mundial en buenas prácticas jurídicas y respeto a la libertad de expresión, como acreditó con el caso Khashoggi. Allí se enfrenta a una posible pena de muerte -espadazo en el cuello- un chaval chií de 18 años, que cometió el imperdonable delito de que a los diez participó en manifestaciones al calor de la fallida Primavera Árabe.

China será pronto la primera potencia. Si su sistema político se extiende por el planeta, la humanidad lo va a pasar bomba. Los chinos pretenden introducir su tecnología 5G en las redes de las administraciones occidentales, pero bloquean a Google y Facebook en su país, acusándolos de dar pábulo a la disidencia. Están explorando la tecnología de identificación facial para controlar a sus ciudadanos. Mantienen a un millón de musulmanes iugures en campos de reeducación, donde a buen seguro la gozan. La semana pasada se cumplieron los 30 años de la matanza de Tiananmen, tapada por un telón de silencio, y en Hong Kong acaban de manifestarse casi un millón de ciudadanos, espantados por una reforma que permitirá juzgarlos en la China continental y finiquitar sus libertades.

Pero, afortunadamente, el progresismo obligatorio, siempre perspicaz, ya ha detectado los dos problemones de la humanidad: Trump e Israel. Contra ellos batallan con denuedo eminencias como Bernie Sanders, Ocasio-Cortez, Albertito Garzón, Chomsky, la crema de Hollywood, nuestra tele al rojo vivo y las 37 facciones cabreadas entre sí de Desunidas Pinchamos. Por su parte, el populismo nacionalista añade a la pérfida UE como tercer pilar del eje del mal. No vemos el día de mudarnos a Irán, China o Rusia, de huir de esta abyecta Europa, líder mundial en recepción de collejas del actual Vaticano.

Luis Ventoso.

Director Adjunto.