CON PERMISO....

CON PERMISO.

Atacar la independencia.

¿Para qué crear instituciones independientes si sus recomendaciones no gustan?

María Jesús Pérez.

Actualizado:

13/06/2019 00:20h.

Atacar la independencia de las instituciones está de moda. No hace ni una semana, el Gobierno se ponía de uñas con el Banco de España porque osó cuestionar la subida de sopetón de un 22% del SMI -en vigor desde principios de año-, en lugar de hacerlo de forma paulatina como estaba pactado entre el Ejecutivo de Rajoy, empresarios y sindicatos para ir viendo sus efectos sobre el mercado laboral. Piensa el supervisor español que, aunque aún es pronto para medir el impacto, algo se está notando ya. Y no es precisamente para bien.

También está siendo estos días objeto de críticas otra de nuestras instituciones independientes. De las más jóvenes. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que nació para velar por la sostenibilidad de las finanzas públicas como vía para asegurar el crecimiento económico y el bienestar de la sociedad española a medio y largo plazo. Y, desde entonces (2014), ha construido una reputación de objetividad, independencia y transparencia en sus trabajos de los que adolecíamos desde hace tiempo. Unos informes independientes que en la mayoría de las ocasiones levantan más que ampollas. Y no solo en el seno del Gobierno, de este y del anterior. También entre directivos o representantes de los trabajadores de empresas según qué sector cuestione.

Entre las últimas «ocurrencias» de la Airef, dos que han dolido a más de uno. La primera, un informe que critica el apabullante gasto farmacéutico, y, el segundo, otro en el que diseña un plan de ahorro de costes en la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos. En el primero de ellos, la institución calcula un ahorro acumulado de algo más de mil millones con una batería de recomendaciones para reformar el sistema en profundidad para ganar en eficiencia, pero también en equidad y justicia. «El estudio de la Airef sobre gasto en recetas se centra en la reducción de costes a corto plazo y deja de lado el valor y el ahorro que aporta la inversión pública en medicamentos», lamentaron desde la patronal Farmaindustria. Y es que cuando a uno le tocan los márgenes...

Y el segundo, de ayer mismo, un estudio que examina el desembolso destinado a Correos -compañía estatal por cierto con unas pérdidas de más de 200 millones anuales pero con unas previsiones sin parangón de mejorar condiciones a sus trabajadores bajo la presidencia del exjefe de gabinete de Sánchez- en el que recomienda ahorro masivo de costes, con reducción de oficinas y puntos de entrega. Sugerencias que han encontrado una fuerte oposición desde la compañía y sus sindicatos.

Más que curioso me resulta pues que la deseada independencia cuando uno está en la oposición siente tan mal cuando uno pasa a estar al frente del país, y máxime cuando me viene a la memoria uno de los retos de la ministra Calviño: la creación de una autoridad macroprudencial que advierta de los desequilibrios de la economía. ¿Para qué? ¿Alertará de deficiencias incluso cuando no sea del agrado del Ejecutivo? Yo, lo dudo.

María Jesús Pérez.

Redactora jefe.