ENFOQUE....

ENFOQUE.

Alegato contra el canalla.

El general Figuera habla para ABC.

Álvaro Martínez.

Actualizado:

11/07/2019 00:25h.

ABC entrevista hoy al general Cristopher Figuera, chavista de primera hora y exresponsable del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, el temible Sebin, que con solo pronunciar su nombre a un venezolano la mirada se le cubre de miedo y el cuerpo de espantos preventivos. Figuera, que no fue ningún santo, decidió escapar a Miami tras facilitar la liberación de Leopoldo López. Desde el exilio reconoce el daño causado y pide perdón a los familiares de los torturados por el régimen. Figuera sabe de lo que habla.

Huyó este jefe militar cuando entendió el futuro que quizá le esperaba si no seguía pegando cabezazos sumisos al autócrata. Seguramente su final sería idéntico al que tuvo el capitán de fragata Rafael Arévalo, detenido hace doce días por el siniestro aparato represor dispuesto para los militares no afines (Dgcim), al que se torturó con extrema crueldad hasta la muerte. El informe de lo que se encontró el forense es espeluznante, con casi todas las costillas fracturadas, el tabique nasal roto, graves lesiones en órganos vitales y abrasiones en los pies que indicaban que fue sometido a descargas eléctricas durante el martirio. Fue molido a palos y murió. Ni juicio, ni posibilidad de defensa ante la acusación de conspirar contra Maduro que arrastraba desde hace años. Había que dar ejemplo y eligieron su cuerpo. La ciega brutalidad del chavismo supera incluso la muerte. Ayer mismo, la esposa de Arévalo, Waleswka Pérez, denunciaba que no le ha sido permitido ni reconocer el cadáver de su marido, enterrado bajo custodia oficial en un cementerio de Caracas. De la morgue, a la tumba. Ni el último adiós le ha concedido Maduro a la viuda.

Hace unos días, y con la tradicional tardanza con la que el progresismo mundial suele encarar la denuncia del chavismo y la condena de sus atrocidades, Michelle Bachelet, que dirige el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, publicaba un informe de su investigación sobre las tropelías del régimen. Pese al aguachirri que le salió -la izquierda es incapaz de desproveerse de un cierto tufo de simpatía al movimiento bolivariano- sí refleja el documento el matarile en que se han convertido las calles, con más de 1.500 ejecuciones extrajudiciales. Venezuela es el infierno en la tierra. Tardará en llegar el día, o quizá no, pero lo justo sería que Maduro conozca ese banquillo de La Haya donde terminan los canallas que han atormentado a la humanidad.

Álvaro Martínez.

Redactor jefe.