CON PERMISO....

CON PERMISO.

Del «baby boom» a «abuelo boom»

La reforma no deben sufrirla con todo su peso aquellos que han sostenido las pensiones durante generaciones.

María Jesús Pérez.

Actualizado:

29/08/2019 04:26h.

La generación «baby-boom» es el grupo demográfico más numeroso en los países occidentales y en Japón. Estados Unidos, por ejemplo, tiene 78 millones de nacidos en los años que conforman ese colectivo de población, mientras que en España, esa cifra es algo superior a los 14 millones de personas. El término «baby-boom» se ha traducido al español como «explosión de natalidad» para denominar a la generación nacida después de la Segunda Guerra Mundial, un periodo comprendido entre 1946 y 1964 en términos internacionales. En España, sin embargo, se identifica con un periodo similar tras la Guerra Civil. Aunque esta finalizó en 1939, las cifras de natalidad de la preguerra no se recuperaron en nuestro país hasta los años cuarenta, se intensificó en los años cincuenta y se prolongó hasta 1974, tras lo cual la natalidad entró en declive. Este fenómeno de mayor natalidad se situó en España entre 1956 y 1974 -lustro arriba, lustro abajo, según qué estudio- pero estuvo acompañado de una fuerte emigración, por lo que tiene características muy diferentes a EE. UU. y al resto de Europa.

En España, ser un «boomer» es algo diferente a serlo si se hubiese nacido en algún otro país de la Eurozona. Con la crisis que nos sacudió sobre todo entre 2011 y 2013, muchos de esos niños del «baby-boom» español pasaron a ser los «parados-boom». Para muchos ¡la generación de pobres más ilustrados de la historia! Una pérdida de talento que aún hoy es un problemón. Por primera vez en su historia, España registró entonces más gente mayor de 65 años que menores de 14 años. A partir de ahí, empezaron los verdaderos problemas de futuro para esta generación, porque, digo yo, también tendrán derecho a jubilarse, ¿no?

Y es que la viabilidad del sistema de pensiones de aquí a veinte años, que es el tiempo que según los técnicos del BCE nos resta para tener la hucha en menos cero bajo cero -en mi opinión, mucho tiempo me parece-, es un hecho constatable. Urge una reforma de verdad. Nada de pan para hoy y hambre para mañana. Pensada para sostener en el tiempo un nuevo sistema y con la realidad de la pirámide poblacional española de fondo, que es un drama de nacimientos, los futuros trabajadores que coticen.

Está claro que los hijos del «baby boom» español son al final los verdaderos agentes que están ya tensionando el sistema de pensiones cuando lleguen a la jubilación. Ahora bien, ¿no creen que sería injusto que les penalizaran doblemente, retrasando su edad de jubilación y rebajándoles la pensión? Porque sería injusto que una generación numerosa, que ha sostenido el sistema durante años y ha hecho incluso que tenga superávit, pague ahora el doble que el resto de generaciones. Los futuros «abuelos boomers» tienen derecho a que nuestros políticos y agentes sociales se dejen de parches y se pongan manos a la obra. Es de justicia. El sistema ha de tener memoria.

María Jesús Pérez.

Redactora jefe.