Aplaudimos, ¡plas, ¡plas, ¡plas, ¡plas, ¡plas!

Luis del Val.

"En primer lugar quiero ponerme las orejas de burro, muy merecidas, porque, ayer, adjudiqué la tontería contemporánea de que si se bajaba algo el IVA a nuestras arruinadas empresas turísticas, podrían obtener beneficios a doña Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, cuando el susto morrocotudo de que unas empresas que están cerrando puedan sostenerse y ya, lo que faltaba, obtener beneficios fue de la ministra de Industria y Turismo, doña Reyes Maroto, a quien no quiero restar méritos en el campeonado nacional de tonterías contemporáneas.

Por los demás, los adolescentos y adolescentas del Gobierno siguen comportándose con la irresponsabilidad propia de su edad. Hace poco nos dijeron que no podían bajar el IVA de las mascarillas, porque los prohibía la Unión Europea. Mentira, claro, pero mentira irritante, porque nos tratan como si los españoles fuéramos todos habitantes de una pequeña aldea, donde solo hay uno que ha visto el mar. Se lo juro, no vamos en Falcon a cualquier país de Europa, pero sí vamos en avión, en tren, en automóvil, y tenemos familia que vive allí, y una nieta o un hijo está haciendo el erasmus, y amigos y compañeros de trabajo y, -también se lo juro- hay españoles que hablan un francés, un inglés o un alemán bastante fluido. Bueno, pues la última fue contarnos que esto de reformar el delito de sedición lo había pedido la Unión Europea, mentira, y mentira grosera, porque es fácil de desmontar.

Sí, por supuesto, son los legítimos componentes del Gobierno, pero no se ganan el respeto, porque actúan como críos, con su irresponsable destrucción del Estado, y con esos enfados como el que han pillado con el nuevo hospital de Madrid, ¡huy, qué asco! Como si no tuviéramos suficientes hospitales. Mirad para otro lado, que no son de los nuestros. Y es cierto, ahora de los suyos son el que el conducía el 127 Seat rojo donde secuestraron a un parlamentario elegido en libertad, Javier Rupérez; la que dice que lo volverá a hacer se llame sedición, ensueño o golpe de Estado, o usted, si le llaman para que diga que sí, que pertenece a ese comité de expertos que nunca existió. Porque si es médico y científico y le piden que mienta, usted es también de los suyos".

Aplaudimos, ¡plas, ¡plas, ¡plas, ¡plas, ¡plas!