Habia una vez, un hombre muy rico que vivia en un castillo cerca de una aldea.
Queria mucho a sus vecinos los aldeanos, y siempre estaba ideando medios para
mejorar su situacion de pobreza e ignorancia en la que vivian.
Pero aquella pobre gente no amaba el trabajo y esto les hacia esclavos de su
miseria.
Un dia el dueño del castillo se levanto muy temprano y coloco una gran piedra en medio del camino y se escondio haber que ocurria.
Paso un hombre con su vaca vio la piedra dio un gruñido rodeo la piedra y siguio su camino y asi todos los que fueron pasando a lo largo del dia.
Por fin ya, al anochecer paso un joven cansado de un dia de trabajo y al ver la piedra penso se va hacer de noche y alguien puede tropezar y hacerse daño
con mucho es fuerzo y empeño pudo retirar la piedra, encontrando debajo un saco
con monedas de oro con un letrero: para quien retire la piedra.
El joven se fue tan contento con el premio a su casa.
Y el dueño del castillo tambien de haber encontrado un joven solidario con los
demas. No todo estaba perdido.
Queria mucho a sus vecinos los aldeanos, y siempre estaba ideando medios para
mejorar su situacion de pobreza e ignorancia en la que vivian.
Pero aquella pobre gente no amaba el trabajo y esto les hacia esclavos de su
miseria.
Un dia el dueño del castillo se levanto muy temprano y coloco una gran piedra en medio del camino y se escondio haber que ocurria.
Paso un hombre con su vaca vio la piedra dio un gruñido rodeo la piedra y siguio su camino y asi todos los que fueron pasando a lo largo del dia.
Por fin ya, al anochecer paso un joven cansado de un dia de trabajo y al ver la piedra penso se va hacer de noche y alguien puede tropezar y hacerse daño
con mucho es fuerzo y empeño pudo retirar la piedra, encontrando debajo un saco
con monedas de oro con un letrero: para quien retire la piedra.
El joven se fue tan contento con el premio a su casa.
Y el dueño del castillo tambien de haber encontrado un joven solidario con los
demas. No todo estaba perdido.