El dictador Fidel, Cuba

El millonario regalo que Fidel Castro le hizo a Maradona.

El dictador cubano obsequió al futbolista argentino con una casa en el complejo La Pradera, en la isla caribeña, donde Diego Armando trató sus adicciones.

ABC.

MADRID. Actualizado: 06/01/2021 01:32h.

Ha pasado casi un mes y medio desde la muerte de Diego Armando Maradonay el legado del astro argentino sigue generando noticias en su país natal. A la enorme fortuna de «El Pelusa», que se ha cifrado entre 41 y 57 millones de euros, contando las casas, los vehículos y los objetos que todavía aguardan a ser repartidos entre sus descendientes dentro de un contenedor varado en un depósito de la localidad bonaerense de Beccar, se suma una última propiedad, tal y como avanza la web de «Caras».

Según ha desvelado al medio Mauricio D'Alessandro, el abogado defensor de Matías Morla (apoderado del fallecido futbolista y una de las personas de su confianza en los últimos años de su vida), Fidel Castro le regaló una casa en Cuba y ha sido uno de los hijos del dictador cubano quien le llamó para avisarle de la existencia de esa propiedad, con el fin de incluirla en el inventario del astro.

Se trata de una mansión situada en La Pradera, un hospital «cinco estrellas» que funciona como centro de rehabilitación con todas las comodidades. Fue allí donde estuvo internado Diego Armando a comienzos de la década de los 2000, con objeto de superar sus adicciones. Para que contara con mayor privacidad, el propio Fidel Castro le regaló ese inmueble.

Poco ha trascendido de las dimensiones y el valor de la propiedad, pero lo que sí se ha desvelado en «Caras» es que, en ese lugar, el que fuera delantero del Barça y el Nápoles guardaba una colección de objetos personales de gran valor simbólico: cartas escritas por diferentes líderes mundiales, obras de arte y regalos personales. Además, las paredes están llenas de dibujos, poemas y frases plasmadas por el propio Maradona.

Cuentas bancarias.

La Mansión de La Pradera se suma a la herencia del futbolista, que aún está por repartir a la espera de que se aclare el número exacto de sus descendientes. Además de sus casas y de lo que se guarda en el puerto de Beccar, se sabe que abrió cuentas corrientes en Suiza, Dubái y Buenos Aires, donde depositaba los ingresos por los contratos publicitarios de marcas como Puma, Coca-Cola, Hublot o Conami. También están localizados vehículos de alta gama (Rolls Royce y BMW) y un tanque anfibio Hunta Overcomer. Asimismo, tenía inversiones en España, Italia, Emiratos Árabes, Bielorrusia y México.

«El Pelusa» anuló hace años el testamento en el que pretendía dejar todo a Dalma y Gianinna, las hijas que tuvo con Claudia Villafañe. Furioso con ellas por no apoyarle en una demanda contra su madre, decidió impugnarlo sin sustituirlo por otro documento.

Así las cosas, las hijas de Villafañe y sus otros tres hijos reconocidos -Jana, Diego Junior y Dieguito Fernando- se preparan para batallar en los tribunales por lo que consideran suyo. Y hay tres más -Santiago Lara y las gemelas Joana y Lu, nacidas en Cuba- que reclaman su ADN para demostrar su filiación y entrar en un litigio en el que participan, además, sus dos últimas parejas: Verónica Ojeda y Rocío Oliva. Cuatro hermanas de Maradona también se incorporan en el reparto de una fortuna que nadie conoce a ciencia cierta.