Cuba, Cuba

"Cooperación médica cubana, en la diana de EEUU"

De 2005 a 2019, la Brigada Médica Cubana en Bolivia realizó 73 millones de consultas y un millón y medio de operaciones quirúrgica y atendió 60 mil partos.

La dictadura impuesta tras el golpe de estado a Evo Morales, con ayuda de la prensa y la élite médica bolivianas, desataron la persecución de la Brigada Médica Cubana, hasta conseguir la expulsión de facto de sus 700 cooperantes.

Es el primer gesto de todo gobierno latinoamericano arrastrado ante la Casa Blanca: la ruptura de sus acuerdos de cooperación médica con Cuba.

Lo hizo Jair Bolsonaro. De 2013 a 2018, profesionales de la salud de la Isla atendieron a 60 millones de personas en Brasil. Además, 1.200 jóvenes de ese país se han graduado de Medicina, con becas cubanas.

En Ecuador, Lenin Moreno rescindió seis convenios sanitarios con Cuba. Entre ellos, la Misión Solidaria “Manuela Espejo”, que había atendido a 825 mil personas con disfuncionalidades. Lo más curioso: quien, junto a Rafael Correa, hizo bandera de dicho programa, desarrollado gracias a Cuba, fue el traidor Lenin Moreno.

Así es el campeonato de reptiles sumisos al amo imperial. A quienes no importa que millones de personas se hayan quedado sin la única atención médica gratuita a la que pudieron acceder en su vida. Una tragedia sanitaria –y una violación masiva de derechos humanos- de la que los grandes medios corporativos no dicen ni media palabra.

Los programas de cooperación Sur-Sur de Cuba en 160 países del mundo han sido catalogados por la OMS y la UNESCO como ejemplo a seguir. Por eso están en la diana del gobierno de EEUU.

Que, a su vez, continúa apretando la asfixia económica a la Isla: amenazas y sanciones a navieras que han causado el desabastecimiento de combustible y restricciones de transporte; nuevas prohibiciones de viajes y de envío de remesas a la Isla, persecución de transacciones financieras, aplicación completa de la llamada Ley Helms-Burton para que no entre un solo dólar de inversión en el país, etc., etc.

Donald Trump y su corte de criminales quieren rendir por hambre a un pueblo y, a la vez, destruir su ejemplo de humanismo en todo el mundo. No lo han conseguido, ni lo conseguirán.