Pesetas, Curiosidades

Un jubilado guarda tres toneladas de pesetas en su casa y se niega a cambiarlas.

El tesoro de Camilo estaría valorado en 6.000 euros, un millón de pesetas.

Libre Mercado2021-06-02.

El 1 de enero de 2002, doce países europeos, entre ellos España, vivieron un gran cambio en su economía al dejar atrás sus monedas locales y adoptar la moneda única, el euro. Desde entonces y hasta el 31 de junio de 2021 quedó habilitado el plazo para cambiar las pesetas por los euros en cualquier entidad bancaria. Pese al gran periodo de tiempo concedido para hacer la conversión, el Banco de España estima que 1.600 millones de euros, o lo que es lo mismo, 266.217 millones de pesetas siguen en los bolsillos de los españoles. Es decir, sus propietarios han decidido no ir al banco para cambiarlas por la moneda actual. El próximo 30 de junio es el último día para poder cambiar las pesetas por euros.

Entre las personas que no han querido pasar por caja y hacer esta conversión se encuentra un coleccionista llamado Camilo. Según cuenta en Telemadrid, tiene un millón de monedas de las antiguas pesetas que lleva coleccionando durante más de cinco décadas. "Yo era hostelero y las monedas que los clientes me dejaban de propina las he ido guardando durante más de cincuenta años", declara el coleccionista, que tiene que guardar el tesoro en un arcón de su casa.

En euros, el tesoro que Camilo tiene estaría valorado en 6.000 euros, un millón de las antiguas pesetas. Pero, pese a ello, el ahora jubilado no quiere hacer el cambio y deshacerse de las "rubias" que sus clientes le dejaban como propina en el bar. "Me han ofrecido hasta 40.000 y 50.000 euros por llevarse todas las monedas que tengo guardadas, pero siempre he dicho que no porque vale más el orgullo", afirma. Lo cual demuestra que tiene mucho más valor para los coleccionistas y como joya de colección, que valor real según el Banco de España.

De hecho, tal es la colección que su peso supera las tres toneladas algo que dificultó cuantiosamente el traslado de todas las monedas del bar de Camilo a su casa. "Necesitamos utilizar dos coches grandes para poder traerlas", cuenta el ahora jubilado. Pese al espacio que ocupan y al dinero que podría obtener a cambio, el valor sentimental parece pesar más en este caso.